La empresa hindú Jindal Steel & Power ha sido criticada severamente por algunas autoridades de Gobierno, por dirigentes cívicos de Puerto Suárez y por políticos del oficialismo, algunos inclusive que plantearon su retiro del proyecto y por supuesto el abandono del país, se arguyó el incumplimiento a los convenios firmados y a un cronograma de desembolsos en las inversiones propuestas para desarrollar el gigante proyecto de la explotación de hierro en una primera fase y su industrialización para convertir esa materia prima en acero en la segunda etapa del proceso que se desarrolla en el oriente.
Lo evidente es que desde un comienzo existieron tropiezos en el cumplimiento del convenio con subsidiaria Jindal Steel Bolivia (JSB) para que explote hierro en una parte del rico yacimiento, pero que en su oferta incluyó la fundición de ese material para convertirlo en acero, bajo ciertas condiciones específicas, como por ejemplo la adecuada provisión de gas que representaría tener en los ductos listos para abrir válvulas, nada menos que seis millones de metros cúbicos (MMmc) de gas, sólo para la primera fase del proyecto siderúrgico y más de 10 MMmc de gas natural una vez que comience el proceso en sí de la fundición del hierro para convertirlo en acero, material requerido en los grandes mercados industriales y de la construcción.
Se dejó claramente establecido que al no existir la dotación de gas industrial en la cantidad requerida, simple y llanamente el proyecto no puede avanzar y esa situación, por supuesto que no es atribuible a la falta de inversiones de la Jindal más al contrario significaría una grave falla de proyección en la oferta oficial (de gas) a tiempo de aprobar los términos iniciales del acuerdo entre la Jindal y el Gobierno.
Por lo que se conoce la JSB paralizó en agosto pasado sus negociaciones con la petrolera boliviana por "instrucciones de alto nivel" en YPFB, lo que impediría en el futuro inmediato implementar el proyecto siderúrgico cuya base de su funcionamiento está en la dotación del gas, pero según explican los ejecutivos de la Jindal, "no sólo se trata de saber que puede haber cierta cantidad de gas, sino que lo importante es que – el gas – llegue hasta el Mutún y el problema es la instalación del gasoducto, trabajo que demandaría por lo menos tres años más, por lo que la intención de producir acero para el 2014 es nada más que un referente muy difícil de cumplir.
Cuando se habla de la necesidad de tener suficiente cantidad de gas en el Mutún es bueno que la ciudadanía tome una idea correcta de la proyección de tal suerte que no se apresuren erradas apreciaciones que afectan a la empresa sin establecer el racionamiento preciso de lo que significa hablar de una dotación de seis millones de metros cúbicos de gas.
Los expertos de la Jindal explican que de los 6 MMmc de gas que requiere la JSB para el proyecto siderúrgico, 3,5 MMmc de gas serán usados para la fundición del hierro y producción de acero, en tanto que 2,5 MMmc de gas deben servir exclusivamente para la producción de 500 megavatios (MW) de potencia eléctrica, cantidad necesaria para el funcionamiento de sus plantas, en realidad algo más de la mitad de toda la demanda actual que tiene el país. Esa es la proporción de los requerimientos de gas que tiene la Jindal y que espera sean satisfechos por el Gobierno en la parte que le corresponde del contrato en vigencia… por lo menos eso se entiende de las últimas explicaciones que emitieron los personeros de la empresa hindú.
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