El legislador de Corea del Sur estuvo en Bolivia y se reunió con el presidente Evo Morales y otras autoridades, entre ellas, el ministro de Minería, José Pimentel, para hablar sobre distintos temas de interés bilateral, entre ellos el litio. El parlamentario entregó el 10 de mayo, junto al embajador Hong Rak Kim, equipamiento al hospital Corea de la ciudad de El Alto. La visita se extendió por tres días, en los que cumplió una apretada agenda.
— ¿Cuál la evaluación sobre las relaciones Corea-Bolivia?
— La relación bilateral está en un estado excelente porque nosotros (Bolivia y Corea) no estamos en condiciones de competir, o sea, no estamos en una situación competitiva sino en una situación de complementariedad.
— ¿En qué áreas están interesados en cooperar?
— La cooperación debería sostenerse en dos pilares: el primero, una cooperación orientada a mejorar la vida de los bolivianos, por ejemplo, a través de proyectos de desarrollo rural, salud pública y dotación de agua potable; la segunda área debe estar relacionada con negocios. Corea tiene interés en participar en el desarrollo de recursos naturales como el litio, cobre, zinc y hierro, poniendo especial énfasis no sólo en extraer esos recursos, sino en procesarlos, tratarlos y exportarlos.
— ¿Cuán interesados están en participar del proyecto del litio?
— Nosotros tenemos entendido que el Gobierno de Bolivia tiene pensado desarrollar bajo su propio control la primera fase del desarrollo del litio, es decir, la fase de producción de carbonato de litio estará bajo control del Estado boliviano. En cuanto a la cadena restante, el Gobierno de Bolivia también ha dicho que va a necesitar la participación de empresas del exterior y tecnología; nosotros gozamos de un muy alto nivel de tecnología en la cadena restante y tenemos la intención de participar en esas etapas.
— ¿Qué pone a Corea en mejores condiciones que el resto de los países interesados en el litio?
— Se trata de producir baterías de litio que se pueden usar en un sinfín de productos, como por ejemplo en celulares y computadoras portátiles. En este sector, Corea y Japón compiten a nivel mundial y tienen un muy alto perfil. Además, las baterías de litio se usarán en el futuro en los autos eléctricos; en ese rubro nosotros contamos con una fuerte producción automovilística. Como se puede observar, en cuanto a la demanda de litio y el aspecto tecnológico en esta área, estamos en un nivel muy alto y hay mucho que podemos brindar a Bolivia. Podemos ser uno socio estratégico para los bolivianos. Toda la información sobre nuestra competencia y habilidades la hemos entregado al Gobierno para su consideración y la toma de decisiones sobre la base de la mayor información.
— ¿La planta para baterías de litio se instalaría en Bolivia y a cuánto ascendería el nivel de inversiones que proyectan?
— En esta etapa es muy difícil hablar de montos concretos de toda esa industria, porque el tamaño del emprendimiento se va a decidir una vez que tengamos carbonato de litio producido, y esa etapa estará bajo el control del Estado. Tenemos planificado en la cadena restante formar una compañía de riesgo compartido que decidirá el tamaño de producción y en qué nivel se va a expandir el sector; entonces, toda esa industria secundaria y los productos que vendrán con la fabricación de las baterías dependerán de la empresa de riesgo compartido, que deberá definir qué y cuántos ítems se producirán.
— ¿La industria que se perfila se instalará en Bolivia?
— Sí, tenemos previsto poner en Bolivia instalaciones, hay mucha demanda para productos que están elaborados a base de litio. Creemos que lo que se va a desarrollar en Bolivia se va a quedar aquí, se va a industrializar aquí. El mercado es muy grande y puede ser abastecido por varios países, entre ellos Bolivia.
— ¿Se fijaron plazos para que el Gobierno tome una decisión?
— En la etapa de producción de carbonato de litio, el Gobierno sí ha tomado una decisión (hacerse cargo del proceso), mientras que para el resto de la cadena creo que el Gobierno de Bolivia se está acercando al tiempo de decisiones. Hemos acordado (con la administración de Evo Morales) que Corea hará una propuesta concreta lo más antes posible sobre cómo vamos a participar en la cadena restante de producción. Puedo señalar con mucha confianza que nos estamos acercando a una conclusión final.
— ¿Cerrar un acuerdo con Bolivia fortalecerá las relaciones entre ambos países?
— Por supuesto que sí, pero también es importante mencionar que Corea no busca llevarse los recursos minerales en su estado natural, sino encaminar un proceso de industrialización en tierra boliviana para aumentar los ingresos de la población y crear fuentes de empleo. Por ejemplo, en el caso de la mina de Corocoro, no vamos a llevar el cobre en su estado natural, por el contrario, pensamos poner una fundición porque eso dará beneficios a la población de la región. Nosotros quisiéramos expandir lo más posible la mecanización, tratamiento y procesamiento de los recursos naturales bolivianos.
— Corea también apoya proyectos en materia social, ¿cuáles son los más importantes?
— Tenemos varios proyectos para mejorar y construir hospitales y centros de salud. Tenemos previsto mejorar la salud pública en Oruro con 10 millones de dólares, pero además se construirá otros dos hospitales en igual número de departamentos. Se apoya proyectos de riego y de construcción de puentes en regiones como Santa Cruz. Bolivia es un socio prioritario para Corea.
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