El PND orienta el desarrollo de la Ciencia, Tecnología e Innovación como instrumento con capacidad de apoyar el cambio de la matriz productiva hacia un desarrollo integral del país en armonía con la naturaleza. El cambio de la matriz productiva supone la incorporación de valor agregado a la producción primaria, tanto para el mercado local como para la exportación. Tal propósito requiere innovación en los procesos tecnológicos que puede ser logrado a través de la generación, apropiación y difusión de C&T acordes a una visión integral, mejorando la articulación entre los sectores demandantes y ofertantes de la tecnología, así mismo recuperando los saberes locales y conocimientos ancestrales.
Para ello, define el SBI como el conjunto de actores interrelacionados y complementarios, que utilizan la Ciencia, Tecnología e Innovación de forma coordinada y constructiva en la generación de soluciones integrales a problemas productivos, sociales y ambientales, con un enfoque de desarrollo participativo, equitativo y sustentable. En esta línea, se define a la innovación como la incorporación del conocimiento a sistemas productivos o sociales que generen nuevos o mejores productos, procesos y usos para la solución de problemas locales, regionales y nacionales como instrumento que conduce por sí mismo al vivir bien (SBI, 2009; MPDB, 2006).
Mientras que la teoría "clásica" de la innovación (Freeman, 1987; Lundvall, 1992; Niosi, Saviotti, Bellon y Crow, 1993) argumenta que es un proceso gradual y acumulativo que se encuentra omnipresente en la economía moderna situado dentro de un gran sistema dinámico que permite trazar el proceso conjunto de innovación entre las instituciones interconectadas para crear, mantener y transferir el conocimiento y las habilidades que definen las nuevas tecnologías; el SBI hace referencia, además, a un conocimiento social que conlleva una construcción colectiva de conocimientos como parte del proceso complementario entre el conocimiento científico y los saberes locales y ancestrales.
En esta definición y desde la perspectiva del SBI, se reconoce la presencia de una triada productiva, social e institucional. La primera, relacionada al desarrollo de prácticas sustentables en los procesos productivos. La segunda, dirigida a la acción social frente a situaciones de pobreza, marginalidad, discriminación y exclusión. Finalmente, la innovación institucional relacionada a la promoción y desempeño de los procesos de innovación (SBI, 2009: 29).
En síntesis, el SBI se constituye en un pilar fundamental que pretende organizar y liderar la innovación para la consolidación de una sociedad del conocimiento hacia un nuevo paradigma de cultura científica y tecnológica inclusiva y recíproca, como base del vivir bien. El SBI se constituye en un sistema que deberá tener la habilidad de convertir los resultados obtenidos por el sector generador de conocimiento en soluciones técnica y económicamente viables para los sectores demandantes de innovación, para ello el SBI crea condiciones para la articulación e interacción entre los sectores público, generador de conocimiento y demandante de procesos de innovación; vincula a los demandantes de productos, procesos y servicios de innovación con los generadores de tecnología y conocimientos y diseña e implementa mecanismos e instrumentos que permitan la ejecución de los procesos de innovación de manera sostenible.
REFLEXIONES FINALES
Bolivia está en una situación potencialmente ventajosa para la explotación del litio por dos razones: por el boom mundial en la demanda y por las reservas potenciales. El litio es estratégico para Bolivia al contar con más de la mitad de las reservas mundiales de este mineral. Si se utiliza esta ventaja en provecho de la nación, es probable posicionarse en el mercado mundial de litio, desarrollando de esta manera un proyecto país basado en los lineamientos del nuevo Estado.
El gobierno boliviano, a través de su SBI y programas de explotación del litio, pretende que éste impulse de una manera diferente el desarrollo del país. Diferente en relación con la histórica explotación extractiva de los minerales que poco resultaron en una mejora en la calidad de vida de la población. Para tal efecto, el SBI y los proyectos de desarrollo incorporan 3 novedades en términos de la historia de la explotación de los minerales en Bolivia: a) la necesidad de un proceso de innovación donde se generen internamente las capacidades de explotación y procesamiento del litio; b) la incorporación de los conocimientos tradicionales y los trabajadores en el proyecto. Cuando se habla de conocimientos tradicionales no debe entenderse sobre explotación del litio, sino sobre formas de trabajo y de organización colectivas, que faciliten una integración de los trabajadores a los procesos laborales; y c) la cuestión de la territorialidad que lleva a un desarrollo de la conciencia sobre la explotación de la naturaleza y sus potenciales resultados para la población a la par y/o en oposición en momentos a las tendencias competitivas del mercado.
Existen sin embargo enormes dificultades. De un lado, el grado de monopolio en la explotación del litio (sólo un puñado de corporaciones tienen el know how). De otro, la carrera mundial por la obtención de reservas adicionales y métodos alternativos para las baterías de autos, esto coloca la cuestión del "momento" como un tema clave, ya que la posibilidad de desarrollar las condiciones nacionales lleva tiempo, tal vez más tiempo que el que el mercado soporte para mantener una demanda sostenida y precios altos del litio, cuestiones que deben ser evaluadas. Aun otra cuestión es la relativa a la falta de calificación en Bolivia en términos de CyT.
Las empresas y gobiernos extranjeros, por igual, se han puesto en fila para cortejar al gobierno de Bolivia, que trata de lograr el mejor acuerdo posible para el beneficio de su gente. Entre los principales interesados están dos gigantes japoneses, Mitsubishi y Sumitomo, la última, ya tiene una participación en la controversial Mina San Cristóbal, conocida por contaminar la misma región. También está cortejando al gobierno el productor francés de vehículos eléctricos, Bolloré, así como los gobiernos de Corea del Sur, Brasil e Irán. El gobierno boliviano ha esbozado un plan general para las diversas fases de su ambicioso proyecto del litio, pero muchos de los detalles de cómo se llevará a cabo todo esto aún queda por definir. Para entrar en el mundo técnico y económico del metal se ha invertido en la construcción de una planta piloto al borde del Salar de Uyuni. Con base en la información obtenida de la experiencia adquirida en dicha planta, el gobierno tiene pensado construir una a escala industrial mucho mayor, a esto seguirá una tercera fase para producir compuestos de litio comercializables, que el gobierno tiene previsto realizar en sociedad con inversores extranjeros.
Reflexión final: En términos prácticos, el gobierno boliviano está iniciando el programa de industrialización. Pero hay otras cosas que pueden salir mal en el camino que se avecina para la explotación de litio. En la batalla cuesta arriba para hacer realidad los sueños de los bolivianos sobre el litio, hay que tomar un primer paso incuestionable: reconocer y entender los desafíos económicos, ambientales, territoriales, sociales y de capacidad a los que se enfrenta el país. Esto permite plantear el cuestionamiento acerca de si la coyuntura presente se constituye o no en una ventana de oportunidad para Bolivia, con todo lo que ello representa.
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