La actividad minera es una garantía para la economía nacional.
Ultimas referencias sobre la actividad minera, generadas en el Viceministerio de Desarrollo productivo minero, señalan que aprovechando los elevados precios en las pizarras de cotización de minerales en el exterior, el sector minero nacional generó el pasado año 2010, algo así como 22 mil nuevos empleos más que en la gestión del 2009 cuando sólo se registró un incremento levemente superior a los 79 mil empleos.
El reporte oficial señala que se crearon más cooperativas, por supuesto con el incremento de socios laborales, aunque en verdad, quienes están en ese negocio saben que se trata de "una pega eventual", no se sabe por qué tiempo, aunque se espera que sea prolongado.
EMPLEOS SEGUROS
A excepción de algunos casos preocupantes que no han sido resueltos y que aún persisten por el tema de los avasallamientos en propiedades mineras, las fuentes de empleo del sector son las seguras y las que se suman por miles en el país, tomando en cuenta que a partir del sector estatal, caso Huanuni, una sola mina de la Comibol que emplea a más de cinco mil personas aparte de otros emprendimientos menores, pero igualmente significativos, como el caso por ejemplo del Complejo Metalúrgico de Vinto, ambos centros en la jurisdicción de Oruro.
En el caso de Potosí hay que tomar en cuenta el trabajo de varias empresas privadas, una de las más grandes San Cristóbal que suma miles de empleos seguros, fuera de los emprendimientos también privados de San Bartolomé, San Vicente, Manquiri y otras. Pero en la Villa Imperial también se asienta la mayor cantidad de cooperativas mineras, que por supuesto traducen su filosofía de servicio en una extensión de solidaridad hacia gente desocupada que encuentra un modo de vida en la dura faena minera.
Una referencia incluida en la memoria 2010 del Ministerio de Minería y Metalurgia (MMM) revela que la presencia del Estado en la actividad minera nacional todavía está lejos de alcanzar el índice ocupacional que tiene la minería privada en Bolivia que ocupa el 70 por ciento del empleo minero a través de los sectores grande, mediano y chico que operan cotidianamente pese a una serie de restricciones, inseguridad y lógica incertidumbre.
Vale la pena remarcar que en el rubro "privado" se cuenta también a las cooperativas mineras que constituyen más del 80 por ciento en materia de empleos productivos mineros, le sigue la minería mediana privada que está al borde del 7%, la estatal llega al 6,8% y la minería chica está muy próxima al 3%, con lo que se observa la fuerza de ocupación minera, con fuentes seguras de empleo y un factor multiplicador de ese beneficio hacia familiares directos, pero también a un variado comercio y servicios que coadyuvan en la minería.
CONTRADICCIONES
Mientras en los niveles superiores sólo se manejan las cifras, pero todavía no se disponen planes específicos para encarar el verdadero proceso de incentivo a la actividad minera en general, seguramente esperando la aprobación de la nueva Ley Minera, se desaprovecha la ocasión de hacer más inversiones en el sistema productivo en base al interés mostrado por empresarios externos y otros nacionales, que quisieran incorporar "capitales", siempre y cuando existan las adecuadas garantías, seguridades operacionales y respeto a los derechos de inversión y competitividad, con adecuadas normas tributarias, pero también con abiertas posibilidades de crecer en las modernas técnicas que permitan a nuestro país avanzar en los rubros de la metalurgia y la siderurgia para industrializar nuestras materias primas y lanzarlas a la exportación con un adecuado y significativo valor agregado.
Sin embargo las condiciones aún no están dadas para abrir esos mercados y lamentablemente aún persisten factores dudosos sobre el tema no resuelto de la obediencia a un artículo de la CPE, mal interpretado en lo que corresponde al uso de tierra y territorio, el suelo y el subsuelo, factores que han abierto una seria controversia entre agricultores que en determinados periodos quieren ser mineros y al mismo tiempo pugnan por defender su condición "originaria" para defender generalmente intereses económicos circunstanciales.
A nivel oficial, no hace mucho que se emitió una explicación sobre el tema, señalándose que en el futuro "se pedirá permiso a los comunarios de localidades donde existan recursos hidrocarburíferos o mineros, sólo en cumplimiento de la disposición, empero no podrá haber oposición a las tareas de exploración y futura explotación, si los trabajos de desarrollan bajo normas del cuidado pleno de la Ley de Medio Ambiente. Así pueden darse ciertas seguridades a los inversionistas, aunque las dudas persisten
Finalmente hay que señalar que aún sabiendo del potencial minero que tiene el país hay mucha dubitación en la aplicación de medidas que impulsen su desarrollo pero de manera armónica, equitativa y con sentido productivo para que la minería como tal, beneficie por igual a todos los bolivianos y a los eventuales inversionistas extranjeros que desde diferentes latitudes del mundo están pendientes de la aprobación de las nuevas "reglas de juego" que harán posible dinamizar la futura explotación de nuestra riqueza minera.
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