Las exportaciones de minerales cayeron en 20% en el primer bimestre de este año comparado con el mismo período del año pasado. Pasamos de US$590MM a 470MM. El gobierno asegura que esto se va a contrarrestar con el aumento en los volúmenes de exportación, sin embargo el volumen de las exportaciones cayó en 5,7% en el primer bimestre en el período señalado.
Es decir que estamos exportando menos y además el precio está cayendo por lo que los ingresos caen por doble partida.
Ahora los empleados de Huanuni piden dejar de pagar regalías. Sin embargo, las regalías mineras son iguales que las regalías petroleras. Es una compensación al Estado por la extracción de recursos no renovables. No es un impuesto a las ganancias de una empresa, es una compensación por la pérdida de riquezas que no fueron generadas por quienes las están extrayendo.
Esta no es la primera propuesta atrevida que le hace la minería al Estado tras la reducción de los precios de las materias primas que empezó a fines del año pasado.
A principios de noviembre 2014, la Federación Departamental de Cooperativas Mineras de La Paz (Fedecomin LP), pidió que el gobierno les compre los concentrados de zinc para almacenarlos, hasta que se incremente el precio de la libra fina de ese mineral en el mercado internacional de Londres.
Los trabajadores de Huanuni rechazaron el plan de contingencia del ministro de Minería, César Navarro, quien asegura que la empresa redujo su producción a fines de 2014 y principios de este año. Sin embargo, propone aumentar la inversión para que la empresa pueda producir 800 toneladas por mes.
Propone también un saneamiento social y económico para lograr utilidades para el Estado boliviano.
Es posible que se refiera a lo que en el sector textil estatal se conoce ahora como un “acto heroico”. Y en el sector privado se conoce como despidos masivos.
Otra posibilidad es que se aumente la cantidad de dinero que se entrega a estas empresas en forma de créditos productivos. Créditos que por ahora no han resultado en el aumento de la producción como lo muestran las propias cifras del ministro Navarro.
Ahora que los ingresos del Estado están cayendo por las bajas cotizaciones de las materias primas se hace evidente que el blindaje de nuestra economía era como la ropa del emperador.
Y estamos desnudos ante la caída de los precios, los sastres del fabuloso blindaje ahora proponen que se invierta más. Y para esto la alternativa es gastar los ahorros o pedir prestado.
Durante la época de bonanza no se logró ahorrar mucho, de hecho se llegó a criticar el que Bolivia se estaba endeudando en época de bonanza.
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