El registro internacional en el precio de los minerales ha mostrado una serie de variantes en lo que corresponde al último periodo "cíclico" considerado así por los expertos en la materia, que hacen un seguimiento al comportamiento de esta rama productiva en el mundo industrial, donde en realidad se fija el precio en función a una serie de hechos vinculados con la política internacional que se relaciona directamente con el poderoso sistema financiero de las potencias, esas naciones que compran materias primas y las transforman en materiales para alimentar sus propias industrias.
En realidad predomina la competencia "fría y dura", sin atenuantes cuando se trata de copar los grandes mercados tomando en cuenta, como sucede con países asiáticos, la cantidad de producción más que la calidad de la misma, de modo que su comercio se expande en todas las latitudes con su sello original, pero acomodando su circulación a las exigencias de los potenciales y masivos clientes de Norteamérica o los de Europa. El producto es asiático y la marca puede ser cualquiera. Ese juego comercial supermillonario influye en el tratamiento de precios para la compra de commodities.
La sucesión de varios conflictos mundiales ha producido inestabilidad en los precios especialmente de minerales, material requerido para satisfacer la alta demanda industrial de algunos productores pero al mismo tiempo ocasionando en países de baja economía una situación de riesgo al no poder comercializar su producción de concentrados minerales a precios justos, el caso nuestro que lamentablemente sigue siendo dependiente del vaivén financiero externo.
Desde el 2005 y hasta el año pasado hubo un registro de precios altos para la mayoría de nuestros minerales, fue un periodo interesante que sin embargo no se lo aprovechó convenientemente, de ahí que en la actualidad no exista por ejemplo un organismo financiero exclusivamente minero y metalúrgico en el que se hubiera acumulado algunos ahorros para enfrentar periodos de crisis.
Entre el 2012 y el año en curso el movimiento de los precios internacionales para nuestros minerales han sido de subidas y bajadas, en cortos periodos con cierto impacto para ciertos sectores mineros, pero de manera general permitiendo un equilibrio, a veces forzado, entre precio de mineral y costo de explotación. El estaño entra en ese límite de preocupación si bajara menos de $us 10 por libra fina, menos mal que se mantiene – levemente por encima de ese tope crítico. La minería estatal y la chica, sentirían serio impacto en sus operaciones, en tanto que las cooperativas podrían "capear" el temporal.
ALTERNATIVAS
Frente a estas situaciones de riesgo que obligan a las grandes empresas a tomar previsiones técnicas, se disponen planes especiales para enfrentar cualquier contingencia, empezando por fortalecer la economía financiera de las empresas, lo que significa inyectar mayor capital para mejorar la tecnología y producir mayores volúmenes de concentrados. En el sector privado la minera San Cristóbal es un ejemplo, justamente aumentó su capital y dispuso el cumplimiento de metas productivas de alto rendimiento.
En la minería estatal hay que ir por partes, pues lo que esencialmente falta es la vigencia de un organismo sólido, responsable, económicamente fuerte como para mantener una planta profesional de primer nivel que se encargue de crear planes estructurales que de una buena vez "reactiven la minería" pero con metas muy precisas que hagan frente a la volatilidad de los precios internacionales sin disminuir la calidad productiva y ampliando más todas las condiciones para alcanzar la industrialización de nuestras materias primas.
En este sentido, lo señalan los que saben, la Corporación Minera de Bolivia (Comibol) debe convertirse en un organismo técnica y financieramente apto para responsabilizarse por el futuro de la minería, con proyectos de corto, mediano y largo plazo, pero en base a una estructura renovada que tenga las características propias de una verdadera empresa productiva en toda la dimensión de la proyección que haga de la minería otra vez el rubro de sustento de la economía nacional y de empuje al desarrollo de las regiones donde sean tratados los yacimientos mineralizados.
No es todo, el gran salto, ya está dicho, tiene que ser la industrialización pero este gran paso merece decisiones de alto nivel profesional para que no se prolongue por más tiempo las pruebas que significan un retraso frente a la competencia no sólo de países vecinos sino de orden internacional, como en el caso del litio y del hierro, que tienen avances significativos en función al tiempo presente y la demanda de un mercado que puede cambiar por la sustitución de elementos que están siendo objeto de pruebas para abrir otros mercados de energía, dejando en rezago los que ahora, todavía, en nuestro país están a flor de tierra en el caso del Mutún o en las níveas capas de nuestros salares, en el caso del litio y sus componentes.
Un hecho que debe tomarse en cuenta y según los profesionales del rubro tendría que ser exigible, plantear en la cúpula gobernante, la urgencia de declarar prioritaria la "reactivación minera" como paradigma del proyecto de fortalecimiento productivo de nuestros recursos naturales esperado que el incentivo financiero necesario sea parte de la estrategia gubernamental, abriendo, con las normativas adecuadas, las puertas a las grandes inversiones como lo están haciendo desde hace tiempo nuestros vecinos mineros.
Prospección y exploración tienen que tener incentivos especiales a través de medidas operativas que sean producto de las decisiones necesarias para darle a la Comibol la misión que le corresponde con el respaldo que merece para desarrollar su verdadero rol en el despegue y crecimiento de la minería y en la consolidación de la metalurgia como base de la industrialización de nuestras materias primas.
Los proyectos de hidrocarburos, el caso del gas, la industrialización de estas materias primas – no renovables – han entrado en un proceso de prioridades en la política energética y soporte financiero de la Nación. La minería, que se considera como el otro recurso de ingente valor para la vida del país, merece cuanto antes medidas gubernamentales, producto de la voluntad política, para no quedar como enfatizan los expertos "en un rezago operativo sin poder aprovechar la riqueza por falta de capacidad y decisiones oportunas".
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