Si realmente se definirían políticas mineras de envergadura tendrían que tomarse en cuenta las posibilidades ciertas de “arremeter” con todo para la explotación de recursos naturales como el hierro, el litio y por qué no también el uranio.
Si desglosamos esta triple opción, no es desconocido el hecho de que por lo menos en dos de las posibilidades avanzamos algo, pero muy lentamente pese a la importancia que en la estrategia nacional deberían tener los mismos, sobre la base segura de su rendimiento futuro en materia económica y los beneficios directos para la economía nacional y de las regiones productivas en particular.
Si hablamos de recursos energéticos que sirven además para “dar energía” a nuestra economía, caso del gas que ocupa un primer lugar –coyuntural-- en el presupuesto nacional, no se puede descartar que en brevísimo tiempo, el hierro y el litio pueden tomar el lugar de seguridad para garantizar la economía de Bolivia.
Por eso es importante que tomando en cuenta la muy bullada cantaleta del cambio, se asuman realmente responsabilidades para aplicar también el cambio deseado en lo que los ecónomos llaman “la matriz financiera”, reiteramos hoy regida por la exportación de gas, confrontando ciertas restricciones y la nueva alternativa que ya debería encararse con seriedad y que dependerá quiérase o no de los recursos minerales, como el gas también no renovables…pero con mayor diversidad en su búsqueda y su explotación directa.
Aquí hay que incluir el URANIO, cuyas reservas de manera particular se encuentran en región de Potosí, propiamente en la mina Cotaje, donde ya en el año 1974 se produjo uranita aunque de baja concentración, fue entonces que se habló del “Yellow kake” o sea la “torta amarilla” que es el producto concentrado de uranio.
De momento se sabe que el Ministerio de Minería y Metalurgia ha confirmado el inicio de un proyecto de exploración con el fin de establecer si en el país tenemos reservas importantes de uranio. Este programa preliminar tendrá un apoyo de casi medio millón de dólares. Lo que se sabe es que ya existe un pequeño avance, consistente en la prospección de la primera zona de Cotaje donde se hace el levantamiento de datos, debería suceder luego otro tanto en las proximidades de Oruro donde también se conocen algunas reservas y posteriormente en la zona oriental en la que se perfilan buenas perspectivas para ubicar este mineral estratégico.
Tenemos todas las posibilidades de cambiar nuestro sistema productivo, por supuesto sin disminuir la fuente generador de recursos --el gas-- pero apurando la proyección hacia el sector minero estratégico, caso del hierro, el litio y por qué no, también el uranio, a parte de los minerales tradicionales que seguirán siendo fuente importante de generación de empleos y utilidades para el Erario.
La cuestión es cuando se aplicarán las medidas pero de forma contundente para priorizar la explotación minera del país de manera global, pero enfatizando el caso de los minerales más requeridos mundialmente, como el hierro, el litio y el acero. De estos elementos deberían preocuparse más seriamente nuestras autoridades.
(Agencia URU)
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