En la tardanza está el peligro, nada más apropiado que ese dicho para referirnos a la situación mundial que se plantea con la urgente necesidad de algunos industriales que desean avanzar prontamente en sus planes de fabricar baterías de litio al por mayor para los nuevos automóviles híbridos que muy pronto ganarán el mercado internacional.
No se trata tan solo de apurar el emprendimiento industrial, lo importante es que debe diseñarse toda una estrategia de la explotación de las salmueras, la obtención del producto primario y la posterior industrialización del mismo hasta obtenerlo listo para su comercialización a las grandes industrias automotrices.
La competencia por una parte está muy cerca de nuestro país, es el caso de Chile que ya tiene una ventaja sobre nosotros, produce carbonato de litio y sigue modernizando sus plantas de tratamiento de ese producto primario, por tanto con mayores ventajas para un ingreso directo en la competencia de mercados. Canadá, México, Argentina van por el mismo camino, pero con planes muy objetivos sobre la pronta industrialización de sus materias primas dentro de políticas claras dirigidas al objetivo de la producción masiva de litio y con ese mineral no metálico la fabricación masiva de pilas.
Es evidente que en nuestro país recién se están dando los pasos iniciales para encarar la fase básica del negocio, para lo que se ha dispuesto un fondo de arranque que se utiliza en la implementación de una planta piloto en el Salar de Uyuni. Estamos avanzando en buena dirección, eso es cierto, pero es complejo lo que viene luego según los entendidos y que obligará a millonarias inversiones que permitan instalar varias otras plantas que siguen como eslabones en una larga cadena productiva hasta llegar al objetivo final.
La Argentina y Canadá ya tienen un convenio estratégico para producir litio y lo harán además con el trabajo técnico de una empresa australiana que también invertirá hasta 100 millones de dólares para explotar potasio y litio en el noroeste argentino.
En el caso de México el nuevo descubrimiento de un yacimiento de litio en Zacatecas ha generado inmediata reacción de inversionistas industriales, caso de una empresa francesa, posiblemente la Bolloré y de la LG de Corea del Sur, ambas que también se mostraron interesadas en la explotación del “oro gris” en Bolivia.
Lo que corresponde ahora es que se defina un plan de actividades técnicamente aprobado que nos permita entrar en la competencia con mucha seguridad sabiendo que se trata de un proyecto gigante en el que solos no podremos avanzar más allá de la “planta piloto” en el Salar de Uyuni. Hay que buscar entonces alianzas estratégicas con uno o más de los inversionistas, pero en todo caso, estudiando las ventajas y desventajas de una serie de incentivos y garantías que deberíamos ofertar en el tiempo más breve posible. Cuidado, lo repetimos claramente… en la demora está el peligro ésta vez de quedarnos aislados con la riqueza yaciente y sin capitales ni tecnología para explotarla. (Agencia Uru)
No se trata tan solo de apurar el emprendimiento industrial, lo importante es que debe diseñarse toda una estrategia de la explotación de las salmueras, la obtención del producto primario y la posterior industrialización del mismo hasta obtenerlo listo para su comercialización a las grandes industrias automotrices.
La competencia por una parte está muy cerca de nuestro país, es el caso de Chile que ya tiene una ventaja sobre nosotros, produce carbonato de litio y sigue modernizando sus plantas de tratamiento de ese producto primario, por tanto con mayores ventajas para un ingreso directo en la competencia de mercados. Canadá, México, Argentina van por el mismo camino, pero con planes muy objetivos sobre la pronta industrialización de sus materias primas dentro de políticas claras dirigidas al objetivo de la producción masiva de litio y con ese mineral no metálico la fabricación masiva de pilas.
Es evidente que en nuestro país recién se están dando los pasos iniciales para encarar la fase básica del negocio, para lo que se ha dispuesto un fondo de arranque que se utiliza en la implementación de una planta piloto en el Salar de Uyuni. Estamos avanzando en buena dirección, eso es cierto, pero es complejo lo que viene luego según los entendidos y que obligará a millonarias inversiones que permitan instalar varias otras plantas que siguen como eslabones en una larga cadena productiva hasta llegar al objetivo final.
La Argentina y Canadá ya tienen un convenio estratégico para producir litio y lo harán además con el trabajo técnico de una empresa australiana que también invertirá hasta 100 millones de dólares para explotar potasio y litio en el noroeste argentino.
En el caso de México el nuevo descubrimiento de un yacimiento de litio en Zacatecas ha generado inmediata reacción de inversionistas industriales, caso de una empresa francesa, posiblemente la Bolloré y de la LG de Corea del Sur, ambas que también se mostraron interesadas en la explotación del “oro gris” en Bolivia.
Lo que corresponde ahora es que se defina un plan de actividades técnicamente aprobado que nos permita entrar en la competencia con mucha seguridad sabiendo que se trata de un proyecto gigante en el que solos no podremos avanzar más allá de la “planta piloto” en el Salar de Uyuni. Hay que buscar entonces alianzas estratégicas con uno o más de los inversionistas, pero en todo caso, estudiando las ventajas y desventajas de una serie de incentivos y garantías que deberíamos ofertar en el tiempo más breve posible. Cuidado, lo repetimos claramente… en la demora está el peligro ésta vez de quedarnos aislados con la riqueza yaciente y sin capitales ni tecnología para explotarla. (Agencia Uru)
No hay comentarios:
Publicar un comentario