La planta de cobre de Corocoro, en La Paz, trabaja actualmente al 30% de su capacidad debido a que la energía eléctrica que recibe aún no es la suficiente, indicó su administrador, Sergio García.
Señaló que está previsto que la planta trate cada día 600 toneladas de desmontes y colas del yacimiento para producir cátodos (láminas) de cobre. “En este momento estamos tratando aproximadamente 200 toneladas (por) día”, informó a La Razón.
Según García, el hecho se debe a que el proyecto no cuenta con la energía eléctrica necesaria. “Recién en diciembre se va a terminar de instalar los transformadores que necesitamos (...). No estamos en nuestra verdadera capacidad, ahora estamos en un 30%, el 70% (restante) lo vamos a completar en diciembre”.
Precisó que la planta requiere 3 mega watts (MW) de energía para operar plenamente y que a la fecha recibe la mitad, 1,5 MW.
El proyecto fue inaugurado el 27 de octubre por el presidente Evo Morales y está a cargo de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol). Los ajustes de operación que se realizan en el mismo inciden también para que su capacidad actual de trabajo no sea del 100%, complementó García.
El dirigente de los campesinos de las comunidades aledañas a Corocoro (provincia Pacajes), Rafael Quispe Flores, denunció que las operaciones de la planta hidrometalúrgica estaban contaminando los cultivos del lugar.
“El tratamiento del mineral está dentro de las normas de medio ambiente; estamos tratando de cuidar muy bien este aspecto y no enviamos ninguna contaminación hacia los ríos”, aseguró a este medio el superintendente de la planta, Renato Cazón Chacón.
Indicó que los residuos que salen de la producción son almacenados en un dique de colas de gran capacidad. “En este momento, el agua de todo el sistema de tratamiento (del mineral) se recircula (reutiliza); no se bota nada al río, no tenemos ninguna pérdida de agua, porque ésta o se evapora o retorna”, agregó.
Mencionó que el agua del dique tiene un contenido de 0,47 gramos de cobre por litro —que es mínimo— y que los residuos contienen 20% de ácido sulfúrico, el cual es aprovechado nuevamente en el proceso de producción.
García indicó que está programado que el dique se llene dentro de cinco años y recién entonces podría haber un rebalse. “En este momento no hemos depositado ni el 1% (de residuos)”, afirmó.
La fábrica de cobre catódico o metálico tiene proyectada una producción inicial de 3.600 toneladas métricas anuales.
Las aguas del río no fueron desviadas
El cauce del río Ventanani, ubicado entre las provincias Pacajes y Aroma de La Paz, no fue desviado hacia la planta hidrometalúrgica de Corocoro.
La Razón constató que el agua empleada en la producción de cobre metálico proviene de la toma de Tancani, a cinco kilómetros de la fábrica.
El administrador de la planta, Sergio García, explicó que Tancani es alimentada por el río Ventanani, “que ha sido el suministro de agua de Corocoro desde siempre”. Sostuvo que lo único que se hizo fue renovar las tuberías que conducen el agua desde Tancani y que la Alcaldía cambió las que vienen desde el río hasta la toma.
El Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu denunció que el desvío dejó sin agua a las comunidades de Chijchi, Pando y Rosapata. García dijo que Rosapata está en otra quebrada y se abastece de otro afluente; en tanto que la desembocadura del Ventanani pasa por los otros dos pueblos. Vecinos de Pando señalaron que su fuente de agua está en el cerro llamado Cóndor Jipiña.
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