El estiércol de llama es utilizado para tratamiento de aguas contaminadas en el ingenio de Machacamarca perteneciente a la empresa minera Huanuni, y luego el líquido elemento queda apto para uso agrícola según el proyecto piloto “Thusca Uma”, que fue puesto en marcha con el financiamiento del Programa de Investigación Estratégica (PIEB) y ya se conocen los resultados favorables.
Adicionalmente se ejecuta otro trabajo con vísceras de oveja para volver a purificar el agua, de manera que una vez tratada quede apta para el consumo humano
El coordinador del proyecto Juan Carlos Montoya, quien manifestó que para el proyecto global, el PIEB aportó con alrededor de 15 mil dólares, los cuales se utilizaron en la construcción de las pozas donde se realiza el tratamiento de aguas contaminadas, en el ingenio Machacamarca.
Explicó que el proyecto se inició a principio de año, sin embargo el proceso de tratamiento comenzó el mes de julio, con el inicio de dos métodos, el pasivo y activo, los cuales se trabajaron en laboratorios, en una planta piloto en el Ingenio de Machacamarca generando así un prototipo de investigación.
MÉTODOS
Para el desarrollo de este proyecto, utilizaron dos métodos el pasivo y activo, el primero que es el compost o abono orgánico, con estiércol de llama, ovino, y residuos de alimentos, además de grava y piedra caliza y el segundo el activo en el que utilizaron las vísceras de ovino.
Según las conclusiones explicadas por Montoya, en el método pasivo, dio mejores resultados el uso del estiércol de llama, grava y piedras calizas, los cuales en un compostaje sufrieron una transformación bacterial que elimina los metales pesados que se encuentran en el agua, desechadas por las operaciones mineras.
Para concentrar el compost, los responsables del proyecto trabajaron en laboratorio y posteriormente instalaron una planta piloto en el Ingenio de Machacamarca, con el elemento que ayudaría a tratar las aguas contaminadas.
Montoya explicó que la planta de tratamiento de agua contaminada cuenta con tres pozas, una donde se encuentra el elemento vital ácido y ferroso (contaminado), en la segunda está el compost, de estiércol de llama, piedras calizas y grava, que estuvo en fermentación durante aproximadamente tres a cuatro meses.
En conclusiones, se determinó que el agua contaminada que ingresa al compost para su tratamiento, ingresan con 4.3 de PH (concentración de iones hidronios [H3O+] presentes en algunas sustancias), el compost tiene un 3.4 de PH y el resultado del tratamiento de las aguas llega a 6.9 y 7 de PH, lo cual es normal para uso agrícola.
Es así que el agua tratada en la planta piloto de Machacamarca es utilizada en cultivos hidropónicos, en cebada forrajera apta para consumo animal y lechugas, que aún no se determinó su posibilidad de consumo.
Los cultivos con las aguas tratadas con compost, se encuentran en el vivero de la Facultad de Ciencias Agrícolas, ubicado en la comunidad de Sora Sora al Este de la ciudad donde la Universidad Técnica de Oruro (UTO), cuenta con 6 hectáreas de terreno.
Como el agua tratada por el compost es de la clase “B” para uso agrícola, es que el equipo de “Thusca Uma”, emprendió el desafío de buscar estrategias para el consumo humano, es de ahí que decidieron tratar con la osmosis inversa, utilizando las vísceras de ovino.
Resultados de este método activo, con las tripas de oveja, determinaron que el agua puede ser bebible aunque continuará en estudio pese a que en las pruebas de laboratorio se encontró un metal como el cadmio que de alguna manera puede restringir su consumo.
Adicionalmente se ejecuta otro trabajo con vísceras de oveja para volver a purificar el agua, de manera que una vez tratada quede apta para el consumo humano
El coordinador del proyecto Juan Carlos Montoya, quien manifestó que para el proyecto global, el PIEB aportó con alrededor de 15 mil dólares, los cuales se utilizaron en la construcción de las pozas donde se realiza el tratamiento de aguas contaminadas, en el ingenio Machacamarca.
Explicó que el proyecto se inició a principio de año, sin embargo el proceso de tratamiento comenzó el mes de julio, con el inicio de dos métodos, el pasivo y activo, los cuales se trabajaron en laboratorios, en una planta piloto en el Ingenio de Machacamarca generando así un prototipo de investigación.
MÉTODOS
Para el desarrollo de este proyecto, utilizaron dos métodos el pasivo y activo, el primero que es el compost o abono orgánico, con estiércol de llama, ovino, y residuos de alimentos, además de grava y piedra caliza y el segundo el activo en el que utilizaron las vísceras de ovino.
Según las conclusiones explicadas por Montoya, en el método pasivo, dio mejores resultados el uso del estiércol de llama, grava y piedras calizas, los cuales en un compostaje sufrieron una transformación bacterial que elimina los metales pesados que se encuentran en el agua, desechadas por las operaciones mineras.
Para concentrar el compost, los responsables del proyecto trabajaron en laboratorio y posteriormente instalaron una planta piloto en el Ingenio de Machacamarca, con el elemento que ayudaría a tratar las aguas contaminadas.
Montoya explicó que la planta de tratamiento de agua contaminada cuenta con tres pozas, una donde se encuentra el elemento vital ácido y ferroso (contaminado), en la segunda está el compost, de estiércol de llama, piedras calizas y grava, que estuvo en fermentación durante aproximadamente tres a cuatro meses.
En conclusiones, se determinó que el agua contaminada que ingresa al compost para su tratamiento, ingresan con 4.3 de PH (concentración de iones hidronios [H3O+] presentes en algunas sustancias), el compost tiene un 3.4 de PH y el resultado del tratamiento de las aguas llega a 6.9 y 7 de PH, lo cual es normal para uso agrícola.
Es así que el agua tratada en la planta piloto de Machacamarca es utilizada en cultivos hidropónicos, en cebada forrajera apta para consumo animal y lechugas, que aún no se determinó su posibilidad de consumo.
Los cultivos con las aguas tratadas con compost, se encuentran en el vivero de la Facultad de Ciencias Agrícolas, ubicado en la comunidad de Sora Sora al Este de la ciudad donde la Universidad Técnica de Oruro (UTO), cuenta con 6 hectáreas de terreno.
Como el agua tratada por el compost es de la clase “B” para uso agrícola, es que el equipo de “Thusca Uma”, emprendió el desafío de buscar estrategias para el consumo humano, es de ahí que decidieron tratar con la osmosis inversa, utilizando las vísceras de ovino.
Resultados de este método activo, con las tripas de oveja, determinaron que el agua puede ser bebible aunque continuará en estudio pese a que en las pruebas de laboratorio se encontró un metal como el cadmio que de alguna manera puede restringir su consumo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario