En la víspera de otra Peregrinación de miles de danzarines devotos de la Virgen del Socavón patrona de los mineros, milagrosa en la respuesta al pedido de sus fieles, se cumple la faceta más interesante de una siombisis de fe cristiana en la “Mamita del Socavón” que los mineros adoran y respetan, pero también en una figura pagana que es el “tío de la mina” al que hacen ofrendas antes de empezar su tarea cotidiana.
El “tío” es el resultado de un laborioso trabajo manual de los propios mineros que no escatiman esfuerzo –por turnos- para tener una figura de rasgos diabólicos con cuernos y todo, pero con otros elementos que demuestran la virilidad y fuerza, elementos necesarios para cumplir las duras tareas a que obliga la extracción de minerales en la profundidad de oscuros socavones.
Coca, cigarrillos, alcohol, serpentinas y mixtura algunas monedas y la creencia en la ayuda del “Tío” para encontrar la veta de mineral y que continuar cuanto más se pueda en su explotación, configura la obligada antesala de los mineros antes de comenzar su trabajo diario.
Con el mismo respeto, pero con acendrada devoción a la Virgen del Socavón, fueron los mineros que dieron forma a la Peregrinación en honor de su Patrona con un largo recorrido por muchas cuadras, danzando inicialmente al son de la diablada y con el correr del tiempo con otras formas de expresión folklórica, pero en todo caso para terminar postrados ante la imagen de su protectora y guía, a la que dedican todo su sacrificio físico y material.
Este hecho sincrético es motivo de grandes estudios y de profundas investigaciones por sus raíces particulares que sólo se dan en Oruro, la ciudad en la que se desarrolla el Carnaval más fabuloso del mundo, único en su exclusiva sincronización de dos elementos que siendo diferentes coinciden con total plenitud en la voluntad devocional de bailar por y para la Virgen, rogando el milagro de satisfacer expectativas de salud, trabajo, amor y seguridad para vivir armoniosamente con su bendición.
Y las cosas se dan, es la respuesta a la fe, devoción y constancia, es mucho más que la banalidad de cualquier otro carnaval.
Quien quiera que venga a Oruro acude primero a saludar a la Virgen del Socavón cuyo templo se encuentra al oeste de la ciudad, lugar donde también está el Museo Minero y allí se puede conocer al tío de la mina.
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