Tratándose de uno de los rubros más importantes en el sistema productivo nacional, la minería necesita de dirección especial y garantizada para ser más eficiente y rendidora, pero además para que puedan ser aprovechadas todas las opciones que existan en función a las posibilidades de cada región, de los subsectores inmersos en los proyectos y de la capacidad financiera y técnica que pueda asignarse a cada emprendimiento.
La única manera óptima de coordinación es alcanzando un nivel de intercambio de opiniones, de transferencia de experiencias, de uso conjunto de elementos que hacen posible el crecimiento del sector, en cualquiera de sus áreas, sean las estatales, privadas o las cooperativizadas.
Ejemplos de esa tarea de vinculación de sectores con los mismos objetivos, como son los dirigidos a la explotación minera se dan en países vecinos, el caso de Chile o Perú donde se han creado "instituciones" con participación mixta tanto de representantes estatales y privados, laborales y profesionales que hacen factible el inicio, desarrollo y avance de la actividad minera, evitando duplicidad de esfuerzos, respetando concesiones, apoyando alternativas y lo que es más importante generando condiciones propicias para alentar inversiones bajo condiciones de seguridad jurídica plena.
Esas instituciones no son otras que las que surgen por acuerdo de partes para conformar lo que en nuestro país podría denominarse un Consejo Nacional de la Minería y que incorpore a los representantes de los diversos sectores entre los privados, los mineros chicos y los medianos, el sector estatal y los que pertenecen a las cooperativas, pero además los que están en la línea de la metalurgia y los que estarán muy pronto en la siderurgia es decir que estén los representantes genuinos de la actividad, pero sin delegados políticos, pues no corresponde a ésta instancia ninguna participación de orden partidista. Importante que ese Consejo Minero incorpore delegados profesionales que puedan asesorar, avalar y en su caso dirigir los proyectos que se presenten y hagan viable el crecimiento sectorial, tomando en cuenta también a los representantes de las Cámaras de minería, chica y mediana, respectivamente.
Ya se perfiló hace algún tiempo atrás la organización de una instancia nacional de minería, lamentablemente la injerencia política desbarató los planes y puso en riesgo la unidad del sector minero, alentando su fragmentación y hasta su eliminación.
Un país organizado adecuadamente con instituciones responsables, con personeros destacados y profesionales idóneos, avanza con más seguridad en el cumplimiento de mestas específicas, como el caso de la minería, hoy por hoy con una sobresaliente calificación por la generación de divisas, de impuestos y regalías para las regiones, por tanto de valor incalculable en la perspectiva de realizar mega proyectos de manera coordinada y con la responsabilidad y respaldo de un verdadero Consejo de la Minería Nacional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario