La empresa brasileña Vale ha comprado los activos de la multinacional Bunge Participaciones e Inversiones (BPI), propietario del 42,3% del capital del fabricante de abonos y fertilizantes Fosfertil. El negocio adquirido incluye también la compra de las minas de rocas fosfatadas que Bunge posee en Araxá (Minas Gerais) y en Cajati (Sao Paulo).
Vale desembolsará 1.650 millones de dólares por las minas, que proveen la materia prima para la fabricación de abonos fosfatados, y 2.150 millones por las acciones de Bunge en Fosfertil. El acuerdo, que no incluye los negocios minoristas de Bunge, supone la mayor inversión de Vale desde que comenzó la crisis económica.
La intención de Vale es tener la totalidad de las acciones de la firma de fertilizantes con el objetivo de convertirse en uno de los principales actores del sector a nivel mundial. Para ello, una vez concluido el negocio con la firma propietaria de Fosfertil, lanzará una oferta pública para hacerse con los títulos de los accionistas minoritarios.
El presidente de Vale, Roger Agnelli, aseguró que la empresa dirigirá la totalidad de su producción de fertilizantes hacia el mercado nacional, incluyendo los que produce en el exterior. “Estamos felices porque la adquisición de esos activos, junto con varios proyectos previstos en el sector de fertilizantes a base de potasio, nos facilitará un rápido crecimiento, permitiendo la creación de un nuevo líder en la industria de fertilizantes“, concluyó Agnelli.
Bunge ha sido, hasta la fecha, el segundo fabricante de abonos fosfatados de Brasil, responsable por abastecer el 14,2% del mercado nacional. Tiene dos minas de roca de fosfato en los estados de Sao Paulo y Minas Gerais y cuatro plantas de procesamiento para la producción de fertilizantes. Hay que tener en cuenta que Brasil es el quinto mayor consumidor de fertilizantes del mundo, con un 6,3% del consumo mundial.
En un comunicado Bunge explicó que mantendrá los activos que tiene en el sector en Argentina y Estados Unidos (Metales & Metalurgia).
Vale desembolsará 1.650 millones de dólares por las minas, que proveen la materia prima para la fabricación de abonos fosfatados, y 2.150 millones por las acciones de Bunge en Fosfertil. El acuerdo, que no incluye los negocios minoristas de Bunge, supone la mayor inversión de Vale desde que comenzó la crisis económica.
La intención de Vale es tener la totalidad de las acciones de la firma de fertilizantes con el objetivo de convertirse en uno de los principales actores del sector a nivel mundial. Para ello, una vez concluido el negocio con la firma propietaria de Fosfertil, lanzará una oferta pública para hacerse con los títulos de los accionistas minoritarios.
El presidente de Vale, Roger Agnelli, aseguró que la empresa dirigirá la totalidad de su producción de fertilizantes hacia el mercado nacional, incluyendo los que produce en el exterior. “Estamos felices porque la adquisición de esos activos, junto con varios proyectos previstos en el sector de fertilizantes a base de potasio, nos facilitará un rápido crecimiento, permitiendo la creación de un nuevo líder en la industria de fertilizantes“, concluyó Agnelli.
Bunge ha sido, hasta la fecha, el segundo fabricante de abonos fosfatados de Brasil, responsable por abastecer el 14,2% del mercado nacional. Tiene dos minas de roca de fosfato en los estados de Sao Paulo y Minas Gerais y cuatro plantas de procesamiento para la producción de fertilizantes. Hay que tener en cuenta que Brasil es el quinto mayor consumidor de fertilizantes del mundo, con un 6,3% del consumo mundial.
En un comunicado Bunge explicó que mantendrá los activos que tiene en el sector en Argentina y Estados Unidos (Metales & Metalurgia).
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