En seis meses, la Planta Hidrometalúrgica de Cobre Lequelequeni, ubicada en el municipio de Corocoro, en el departamento de La Paz, produjo 300 toneladas de cátodos (láminas) de cobre sólo con desmontes del cerro Viscachani de esa población.
Es la primera vez que el país hace las láminas de cobre, pues antes de la relocalización, la zona entregaba sólo concentrados de cobre.
La planta, que depende de Comibol, tiene la intención de ampliar su capacidad para procesar, al menos, 300 toneladas al mes.
De acuerdo con el superintendente de la planta, Renato Casón, la hidrometalúrgica comenzó a operar en agosto de 2009; pero en octubre de ese año, procesó la primera lámina, y desde ese mes hasta marzo de esta gestión logró acumular 300 toneladas.
Esta producción ya encontró comprador, según el presidente de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol), Hugo Miranda. El negocio se cerró con la empresa Trafigura de Inglaterra, la que pagará por el material 2,3 millones de dólares.
Casón explicó que el proyecto nació con un cálculo de procesamiento de 10 toneladas/día de láminas; pero sólo entregó a razón de un promedio de 1,6 toneladas por día. Para el Superintendente, como se trató de un periodo de optimización, esta cantidad es aceptable.
Para aumentar las toneladas/día, dijo, se adquirió una chancadora a mandíbula de mayor capacidad, que permitirá triturar 1.200 toneladas de relaves y desmontes diariamente, a diferencia de las 400 que se procesan en la actualidad.
Se sumará la instalación de un mayor número de pilas (espacios donde se acumula el material transformado por goteo) de dos metros de alto, 60 de largo y 15 de ancho, las que se sumarán a las 16 actuales.
La hidrometalúrgica opera con desmontes del cerro Viscachani, más adelante se incorporarán las colas (residuos sólidos de mineral).
El proyecto tiene una vida de cinco años, de acuerdo con la prospección realizada que tomó en cuenta la existencia de mineral, es decir, que se prevé que cerrará sus operaciones en 2014. Los trabajadores son 180, de éstos, 168 son obreros, gran parte de ellos es gente que vive en ese municipio.
Las láminas de cobre entregadas por Comibol tienen un 99,8 por ciento de pureza (ley), sin embargo, los desmontes de los que elaboran las planchas tienen una ley de sólo entre 2 y 3 por ciento.
El proceso comienza con el desmonte del cerro, pedrones de todo tamaño y forma, que son transportados a máquinas trituradoras donde el mineral se reduce hasta menos de un milímetro de tamaño, luego se mezcla con agua y ácido sulfúrico, y pasa a la aglomeradora, lugar en que el mineral se torna más oscuro y uniforme.
Este material pasa a las pilas, donde se convierte en líquido, y luego, a las piscinas, de las que se traslada a la sección de electrólisis (proceso de separación), sitio en que que se mide la calidad del cobre y posteriormente se elaboran las planchas.
Bolivia aún no cuenta con una fábrica de alambrón.
Operación de la planta no deja residuos
La transformación de los desmontes del cerro Viscachani en láminas de cobre no deja residuos, aseguró el superintendente de la Planta Hidrometalúrgica de Cobre Lequelequeni, Corocoro, Renato Casón; lo que significa, dijo, que no se ocasiona daño ambiental, como temen los comunarios y pobladores del municipio.
Casón explicó que los restos del ácido sulfúrico y agua que se emplea en la combinación con el mineral se “recircula” en el proceso, por tanto no hay sobrantes. Sólo en el caso de algunos desechos, éstos son depositados en el botadero que se encuentra dentro del predio que ocupa la planta, lejos de la población.
Sin embargo, comunarios y pobladores dijeron a La Prensa que “irremediablemente” habrá daño ambiental, porque lo que demandaron que las autoridades ediles analicen ese asunto y pidan las garantías del caso.
El Superintendente dijo que “es falso eso de que nacen ovejas con dos cabezas por las operaciones del proyecto”.
La planta
La Planta Hidrometalúrgica de Cobre Lequelequeni depende de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol).
Está en Corocoro, en predios de Comibol. Comenzó a funcionar en agosto de 2009. Su primer producto lo obtuvo en octubre.
Se prevé que sus operaciones se extiendan por cinco años, tiempo de vida calculado para los desmontes y colas.
Su primera entrega de 300 toneladas de láminas de cobre fue vendida a la empresa Trafigura de Inglaterra.
La planta optimizará su producción hasta llegar a procesar 300 toneladas por mes, que era la meta inicial.
Las planchas de cobre deben ser necesariamente exportadas, porque en el país no hay fábricas que empleen la materia prima.
Este material es demandado principalmente en Asia y Europa para la fabricación de alambre, diodos y artefactos electrónicos.
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