Como se pintan las cosas parece que estamos próximos a la creación en serie de empresas para justificar “controles” en la explotación del litio, del estaño, seguramente del uranio y quién sabe cuántas más, aparte de la sociedad que está vigente en el Mutún entre la Jindal y el Estado boliviano y que confronta ciertos problemas de orden legal que no han podido todavía ser eliminados.
Si bien no se dice nada claro sobre la suerte de la Corporación Minera de Bolivia (la otrora poderosa Comibol) se habla empero -entre bambalinas- de la creación de otras empresas, incluyendo la Metalúrgica de Bolivia y la que se denominaría Empresa Nacional de Evaporíticos, es decir algo así como una “fina descentralización” que por supuesto incrementará los gastos de orden administrativo en cada una de ellas, pero facilitarán la creación de ciertas fuentes de empleo, que tal parece están siendo requeridas por las bases del partido gobernante.
¿Qué objeto tendría la creación de empresas propiamente paralelas, si se habla de mineras y una metalúrgica? En la estrategia de un nuevo Código de Minería la situación se presenta con cierta complejidad que para los expertos no soluciona el problema específico del momento y que consiste en dinamizar el sistema productivo en conjunto desde los planes de exploración, los de explotación, tratamiento de minerales, en el caso del estaño el valor agregado de la metalurgia y la exportación de esos productos. Ese es el objetivo presente
En el futuro inmediato vale la estrategia de pensar seriamente en la explotación de los minerales estratégicos, incluyendo el yacimiento del Mutún cuyo 50 por ciento está ya comprometido con la Jindal, pero queda la otra porción que debe ser negociada más adelante, quien sabe con otro inversionista. El tema de moda es el litio y el avance en esa materia corresponde a la inversión estatal para la instalación y puesta en marcha (seguramente en marzo) de la planta piloto que procesará carbonato de litio. Cuál sería el justificativo para la creación de otra empresa si en realidad de lo que se trata es de buscar o definir la mejor selección de un potencial inversionista que soporte el paso hacia la industrialización del litio. El Ministerio podría hacerlo de manera directa, administrativamente Comibol también, por lo menos es la idea del funcionamiento –todavía- de la estatal minera.
En todo caso el proyecto del nuevo Código Minero deberá ser aprobado en la instancia de la Asamblea Legislativa y se espera que antes sea consensuado entre los representantes de los diversos sub sectores de la minería, instancia en la que debería tratarse la factibilidad de fortalecer una sola empresa, sea la misma Comibol u otra de diferente nominación pero integrada por destacados profesionales de área que se ocupan directamente de cuidar los intereses del país en cada caso, llámese litio, hierro, estaño o uranio, metalurgia y siderurgia, lo demás huele a una afanosa burocratización del sistema, agencia de empleos con gastos insulsos y posiblemente con desagradables resultados.
La minería requiere de incentivos, seguridades, facilidades tributarias que estén en el margen de la competitividad con los vecinos de lo contrario es más lata en la intensión de reactivar verdaderamente el sistema minero nacional.
Profesionales de reconocida capacidad y solvencia deben dirigir las áreas de la producción minera. Los políticos no son buenos para estos menesteres.
Si bien no se dice nada claro sobre la suerte de la Corporación Minera de Bolivia (la otrora poderosa Comibol) se habla empero -entre bambalinas- de la creación de otras empresas, incluyendo la Metalúrgica de Bolivia y la que se denominaría Empresa Nacional de Evaporíticos, es decir algo así como una “fina descentralización” que por supuesto incrementará los gastos de orden administrativo en cada una de ellas, pero facilitarán la creación de ciertas fuentes de empleo, que tal parece están siendo requeridas por las bases del partido gobernante.
¿Qué objeto tendría la creación de empresas propiamente paralelas, si se habla de mineras y una metalúrgica? En la estrategia de un nuevo Código de Minería la situación se presenta con cierta complejidad que para los expertos no soluciona el problema específico del momento y que consiste en dinamizar el sistema productivo en conjunto desde los planes de exploración, los de explotación, tratamiento de minerales, en el caso del estaño el valor agregado de la metalurgia y la exportación de esos productos. Ese es el objetivo presente
En el futuro inmediato vale la estrategia de pensar seriamente en la explotación de los minerales estratégicos, incluyendo el yacimiento del Mutún cuyo 50 por ciento está ya comprometido con la Jindal, pero queda la otra porción que debe ser negociada más adelante, quien sabe con otro inversionista. El tema de moda es el litio y el avance en esa materia corresponde a la inversión estatal para la instalación y puesta en marcha (seguramente en marzo) de la planta piloto que procesará carbonato de litio. Cuál sería el justificativo para la creación de otra empresa si en realidad de lo que se trata es de buscar o definir la mejor selección de un potencial inversionista que soporte el paso hacia la industrialización del litio. El Ministerio podría hacerlo de manera directa, administrativamente Comibol también, por lo menos es la idea del funcionamiento –todavía- de la estatal minera.
En todo caso el proyecto del nuevo Código Minero deberá ser aprobado en la instancia de la Asamblea Legislativa y se espera que antes sea consensuado entre los representantes de los diversos sub sectores de la minería, instancia en la que debería tratarse la factibilidad de fortalecer una sola empresa, sea la misma Comibol u otra de diferente nominación pero integrada por destacados profesionales de área que se ocupan directamente de cuidar los intereses del país en cada caso, llámese litio, hierro, estaño o uranio, metalurgia y siderurgia, lo demás huele a una afanosa burocratización del sistema, agencia de empleos con gastos insulsos y posiblemente con desagradables resultados.
La minería requiere de incentivos, seguridades, facilidades tributarias que estén en el margen de la competitividad con los vecinos de lo contrario es más lata en la intensión de reactivar verdaderamente el sistema minero nacional.
Profesionales de reconocida capacidad y solvencia deben dirigir las áreas de la producción minera. Los políticos no son buenos para estos menesteres.
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