• A la fecha sólo cuatro minas funcionan de las 20 que existen, y las minas como Porco Bolívar y Colquiri están en manos de Sinchi Huayra, sólo Huanuni está en manos del Estado.
En la minería, el sector privado aporta con el 75 por ciento de la exportación de minerales, y el resto se dividen entre la cooperativizada y la estatal, según una fuente oficial.
La fuente hace referencia a los constantes anuncios del gobierno de una nueva era de la minería con un modelo social estatista, pero irónicamente la participación de las empresas privadas, como San Cristóbal, Sinchi Huayra, San Bartolomé, San Vicente, inversiones de EMUSA y otras empresas mineras pequeñas, son los que entregan el 75 por ciento de divisas al Tesoro General de la Nación (TGN), que aporta al Producto Interno Bruto (PIB).
Las inversiones que se realizaron en esas empresas grandes son millonarias, las que aplican un nuevo modelo minero de explotación a cielo abierto (Open Pit) exclusivamente para oro, plata, y zinc, sin desmerecer las operaciones de extracción de estaño.
Se anuncia también que hasta fin de año un gran proyecto, cerca a Pulacayo a cargo de la empresa extranjera Poji, ingresará en operaciones.
Asimismo, el principal interés de las grandes empresas asiáticas y europeas es el litio, considerado el energético del futuro.
Se anunció que no se puede empoderar de un trabajo e inversión ajeno, ya que a la fecha sólo cuatro minas de las 20 que existen funcionan. Minas como Porco Bolívar y Colquiri están en manos de Sinchi Huayra, y Huanuni es la única en manos del Estado
Por una parte, en la región de Potosí se desarrollan los proyectos mineros más grandes no sólo de Bolivia, sino de toda la región de América del Sur. Entre ellos se encuentran el proyecto minero de San Bartolomé, San Cristóbal y San Vicente, que se dedican a la explotación de concentrados de plomo, plata y zinc. Todos estos proyectos son inversiones privadas.
Sólo en la inversión estatal se encuentra la ampliación de Huanuni, una realidad, que dobla su producción junto a la fundición de Vinto. Proyectos Ausbel y los riesgos compartidos del Mutún, Coro Coro, segunda fase con Kores, y el proyecto Evaporíticos (del Litio) están en proceso.
Con relación al Salar de Uyuni, este inmenso reservorio, en sus 10 mil kilómetros cuadrados, atesora ingentes cantidades de no metálicos aún no cuantificadas oficialmente.
Sin embargo, diversos estudios adelantan que, más allá del litio, tiene grandes cantidades de boro y potasio. El Estado busca inversión para empezar la explotación.
A parte de ese evaporítico se encuentran otros componentes importantes, como el potasio, que es uno de los mejores abonos agrícolas; el magnesio, que se emplea en la construcción de caminos; y el boro, insumo industrial muy apreciado.
“Solo con el reconocimiento a la inversión privada, la intervención de una política clara para potenciar la minería, se puede lograr proyectos y rehabilitación de operaciones en la explotación de minerales y su futura industrialización, el segundo puntal de la economía, pese a la depresión en los mercados internacionales”, señaló la fuente.
La inseguridad jurídica evita que las inversiones lleguen al país, a esto suman los avasallamientos que ejecutan comunarios que viven cerca de los yacimientos, cuyo hecho pone en duda el papel del estado.
Los empresarios del área solicitaron a las autoridades de minería que solucionen y pongan fin a los avasallamientos, que sólo perjudica las operaciones y crea desempleo y zozobra en los trabajadores.
A pesar de que los precios de los minerales se recuperan en el mercado internacional, los valores alcanzados el 2008 no llegarán, pero el alza provoca que miles de mineros se trasladen a los yacimientos.
En la minería, el sector privado aporta con el 75 por ciento de la exportación de minerales, y el resto se dividen entre la cooperativizada y la estatal, según una fuente oficial.
La fuente hace referencia a los constantes anuncios del gobierno de una nueva era de la minería con un modelo social estatista, pero irónicamente la participación de las empresas privadas, como San Cristóbal, Sinchi Huayra, San Bartolomé, San Vicente, inversiones de EMUSA y otras empresas mineras pequeñas, son los que entregan el 75 por ciento de divisas al Tesoro General de la Nación (TGN), que aporta al Producto Interno Bruto (PIB).
Las inversiones que se realizaron en esas empresas grandes son millonarias, las que aplican un nuevo modelo minero de explotación a cielo abierto (Open Pit) exclusivamente para oro, plata, y zinc, sin desmerecer las operaciones de extracción de estaño.
Se anuncia también que hasta fin de año un gran proyecto, cerca a Pulacayo a cargo de la empresa extranjera Poji, ingresará en operaciones.
Asimismo, el principal interés de las grandes empresas asiáticas y europeas es el litio, considerado el energético del futuro.
Se anunció que no se puede empoderar de un trabajo e inversión ajeno, ya que a la fecha sólo cuatro minas de las 20 que existen funcionan. Minas como Porco Bolívar y Colquiri están en manos de Sinchi Huayra, y Huanuni es la única en manos del Estado
Por una parte, en la región de Potosí se desarrollan los proyectos mineros más grandes no sólo de Bolivia, sino de toda la región de América del Sur. Entre ellos se encuentran el proyecto minero de San Bartolomé, San Cristóbal y San Vicente, que se dedican a la explotación de concentrados de plomo, plata y zinc. Todos estos proyectos son inversiones privadas.
Sólo en la inversión estatal se encuentra la ampliación de Huanuni, una realidad, que dobla su producción junto a la fundición de Vinto. Proyectos Ausbel y los riesgos compartidos del Mutún, Coro Coro, segunda fase con Kores, y el proyecto Evaporíticos (del Litio) están en proceso.
Con relación al Salar de Uyuni, este inmenso reservorio, en sus 10 mil kilómetros cuadrados, atesora ingentes cantidades de no metálicos aún no cuantificadas oficialmente.
Sin embargo, diversos estudios adelantan que, más allá del litio, tiene grandes cantidades de boro y potasio. El Estado busca inversión para empezar la explotación.
A parte de ese evaporítico se encuentran otros componentes importantes, como el potasio, que es uno de los mejores abonos agrícolas; el magnesio, que se emplea en la construcción de caminos; y el boro, insumo industrial muy apreciado.
“Solo con el reconocimiento a la inversión privada, la intervención de una política clara para potenciar la minería, se puede lograr proyectos y rehabilitación de operaciones en la explotación de minerales y su futura industrialización, el segundo puntal de la economía, pese a la depresión en los mercados internacionales”, señaló la fuente.
La inseguridad jurídica evita que las inversiones lleguen al país, a esto suman los avasallamientos que ejecutan comunarios que viven cerca de los yacimientos, cuyo hecho pone en duda el papel del estado.
Los empresarios del área solicitaron a las autoridades de minería que solucionen y pongan fin a los avasallamientos, que sólo perjudica las operaciones y crea desempleo y zozobra en los trabajadores.
A pesar de que los precios de los minerales se recuperan en el mercado internacional, los valores alcanzados el 2008 no llegarán, pero el alza provoca que miles de mineros se trasladen a los yacimientos.
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