Suplemento de Mineria de La Patria
“Los indicadores de rentabilidad de las 10 empresas mineras más grandes de Chile, — comienza señalando Don Antonio Leal— (sobre patrimonio y activos) han sido volátiles, dada su fuerte dependencia del precio internacional del cobre, el que ha exhibido igual comportamiento. Es así que en el año 1997, cuando el cobre marcó un promedio de 103,2 c/lb (en la BLM), las rentabilidades del conjunto de estas empresas mineras sobre activos y patrimonio fueron de 12,2% y 33,5% respectivamente.
En contraste, los indicadores exhibidos el 2002, con un bajo precio del cobre (70,6 c/lb), fueron sustancialmente menores (3,3% sobre activos y 8,4% sobre patrimonio).
Los impuestos pagados por este grupo de empresas alcanzaron a la suma de US$ 1.895 millones, en el periodo 1991-2002, por lo que el Estado percibió anualmente, en promedio durante el periodo ya indicado, US$ 158 millones, lo que aparece a priori como una cifra irrisoriamente baja en relación a la relevancia económica del sector, en el PIB, en la inversión extranjera materializada, en las exportaciones, etc. Hay que decir, además, que en todo este periodo sólo dos empresas mineras pagaron el impuesto a la renta, lo cual ha producido un impacto de imagen muy negativo en la sociedad chilena sobre las empresas mineras extranjeras.
Para entender este bajo nivel de pago de impuestos, hay que tener presente que el boom minero en Chile se desarrolló con mayor fuerza a partir de la segunda mitad de los 90 con un marco jurídico que en mi opinión hizo concesiones excesivas a las empresas en materia tributaria, protegió más la inversión extranjera que los que implicaba que muchas de las empresas aún no se habían consolidado como negocio rentable y, desde el punto de vista impositivo, no habían alcanzado a absorber las pérdidas tributarias, producidas principalmente por la aplicación de mecanismos de depreciación y amortización aceleradas, que les permitía la legislación tributaria, al igual que deducciones importantes de gastos financieros asociados al financiamiento del desarrollo de los proyectos.
El escenario antes señalado, a partir del año 2001, sufre un importante cambio, como ya señalábamos anteriormente, al establecerse en la Ley de impuesto a la Renta un gravamen a los intereses pagados por exceso de endeudamiento, el que tuvo por objeto evitar el sobreendeudamiento de las compañías con empresas relacionadas. Por otra parte, se estableció en la misma Ley una restricción para el uso de la depreciación acelerada, para efectos de la determinación del impuesto de primera categoría.
Finalmente, a partir del 2003 se observa un cambio de escenario que explicaría el aumento en el pago de impuestos de las empresas mineras, principalmente, debido al fortalecimiento del precio del cobre, que se ha mantenido hasta la fecha, y también, por la absorción de las antes referidas pérdidas tributarias.
A modo de ejemplo, cabe destacar que en la operación renta 2007, el SII informó que sólo por concepto de impuesto aplicado sobre las utilidades de las empresas mineras, las 10 más grandes en su conjunto, pagaron un total de US$ 2.586. para la operación renta 2008, se estima que, observados durante el presente año, es razonable suponer que la recaudación de las mismas empresas, por concepto de impuesto de primera categoría, alcanzará alrededor de US$ 2.900 millones.
Sin embargo, si miramos la carga tributaria comparada, Chile con su 36,6% está muy por detrás de los que las empresas, a veces las mismas empresas, pagan en Sudáfrica – donde pagan el 45% - en Bolivia, Perú, Brasil, Argentina y Polonia. Es más, si miramos el peso de la carga tributaria en la rentabilidad de los proyectos en Chile, representa sólo el 20% en consecuencia que en México representa el 40%. En consecuencia podemos señalar que en buena medida el extraordinario crecimiento de la inversión extranjera que experimenta Chile se da en condiciones de gran favorecimiento tributario a las empresas si lo comparamos con el resto de los países productores y a ello se agregan los factores de gobernabilidad, estabilidad, seguridad, mano de obra capacitada en minería, infraestructura garantizada, que sin duda Chile tiene.
No está previsto, en este gobierno, colocar en discusión este tema pero si quiere mejorar la distribución del ingreso en el país, que es el Talón de Aquiles de un país que ha reducido notablemente la pobreza y ha alcanzado importantes logros sociales en estos últimos 20 años, en mi opinión será inexorable rediscutir el tema tributario de las empresas mineras y de otros sectores económicos, del país se han elevado considerablemente sus niveles de utilidades, y generar un gran consenso nacional para producir un cambio tributario que permita un aporte mayor de las grandes empresas privadas al erario nacional, al crecimiento del país y a la equidad”, concluye el experto Don Antonio Leal.
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