En los primeros días del mes que corre (septiembre), no han mejorado sustancialmente los precios de los minerales que se producen en el país y que son exportados en mayoría como concentrados (materia prima), es el caso del estaño, el zinc, plomo, el cobre y la plata, aunque este último estuvo más o menos sujeto a las variables del metal precioso, el oro que fue el único en mantener un precio expectable.
Las condiciones en que se desenvuelve nuestra economía dependiente plenamente de las exportaciones de recursos naturales como el gas y el petróleo y los minerales, debe observar cuidadosamente el comportamiento de precios de manera que siempre tenga una alternativa de enfrentar variables en descenso que pongan en riesgo sus finanzas.
Frente a esas circunstancias especiales, lo que corresponde a las autoridades del Gobierno es adoptar algunas medidas coyunturales que eviten un colapso en el destino y el uso de las finanzas públicas.
Las alternativas que se han planteado recientemente, pueden ser interesantes a mediano y largo plazo, pues su implementación implica el uso de muchos recursos económicos y la disposición de políticas alternativas, por ejemplo para encarar la industrialización de nuestros minerales, pasando antes por una necesaria reducción de costos de operación y diversificando la producción de tal modo que se puedan enfrentar las contingencias generadas por la variación de los precios internacionales, fenómeno que se produce por la presión de competencia en los grandes mercados internacionales.
ALTO VALOR
Lo que preocupa realmente es que los precios de los minerales sean afectados por la crisis mundial, lo que significaría variar los índices de producción, disminuir los ingresos nacionales y alterar el orden económico que pese a ciertos vaivenes todavía resiste los embates de la presión externa. Sucede algo parecido con el precio del gas que igualmente es sensible a los cambios internacionales y en todo caso, nuestra economía depende de los ingresos que ambos rubros generan y que en el primer semestre del año en curso significó el 86 por ciento del total de las exportaciones nacionales.
A propósito de ese hecho, los datos del Instituto Nacional de Estadística INE, muestran un hecho sumamente importante y es que los ingresos por exportación de minerales y el caso del estaño fundido, sumaron juntos el valor de mil 674.98 millones de dólares, una diferencia mínima con relación a lo que se obtuvo por la exportación de hidrocarburos que sumaron mil 739,06 millones de dólares, lo que marca apenas algo más de una diferencia de 64 millones, que pudieron ser rebasados con una mayor exportación de minerales.
El informe del INE, resalta el hecho de que el comercio externo de minerales se constituye en el rubro de mayor crecimiento en el país, pese a las condiciones del tiempo actual, con una temporada de buenos precios y luego un bajón, que menos mal no tiene prolongada duración, esperándose una paulatina recuperación de precios.
Recién ahora y con algo más de claridad se menciona que en el plan integral que propone el Gobierno en materia de minería, buscará alianzas con empresas mineras nacionales y extranjeras que estén dispuestas a cumplir ciertas reglas de juego que serán insertas en la ley de minerías cuyo proyecto se analiza en una comisión mixta, con representantes de los diferentes organismos ligados a la actividad minera. el anuncio tienen relevancia, por la apertura que era muy necesaria para la atracción de capitales y tecnología.
Hay ciertos reproches a la actitud pasiva de las autoridades de minería que durante el extenso periodo de los buenos precios no aprovecharon tal circunstancia para crear el fondo de reserva y hasta un banco de fomento para solventar las actividades mineras nacionales, sabiendo que como se preveía, que la explotación minera puede deparar mayores satisfacciones que las que nos brinda el comercio de hidrocarburos. La actividad minera está prácticamente a nivel del gas y puede superar su índice de generación de recursos, por eso es que los planes dirigidos a garantizar fondos para el Estado, consignan recién a la minería como uno de los factores más importantes en la economía nacional, sólo ese hecho debe motivar un delicado tratamiento al proyecto de la nueva Ley Minera, de manera que sea accesible, equitativa, abierta a inversiones, las que a su vez necesitarán de las suficientes garantías y seguridad plena para cumplir las metas de su desarrollo.
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