El oro superó el récord de más de 1.820 dólares por la onza troy el pasado jueves, y el viernes alcanzó una cotización de $us 1.841, precio sin precedentes en los últimos años.
La explicación que medios internacionales de análisis financieros dieron es que las proyecciones estadounidenses que apuntaban a un estancamiento de la economía y los renovados temores sobre la salud de los bancos europeos atrajo más compras de oro por refugio.
El oro al contado subió 2,1% la onza en la semana, lo que ya significó un récord. El metal se encamina a una ganancia del 10 por ciento en las últimas dos semanas, su mejor desempeño en ese lapso de tiempo desde mediados de febrero de 2009.
La cuarta alza diaria consecutiva del metal del jueves vino después de conocerse que la actividad fabril en la región norte de la costa este de Estados Unidos se derrumbó en agosto a un mínimo de casi dos años y medio, y que las ventas de casas usadas cayeron inesperadamente en julio. Los inversores se alejaron de las acciones y otros activos de riesgo en busca del oro, considerado como refugio seguro.
No obstante, superar un valor de 2.000 dólares por la onza sería difícil para el metal ante el débil interés en fondos que cotizan en bolsa respaldados en oro.
El 25 de marzo, Página Siete realizó un reportaje que señalaba que Bolivia desperdicia las oportunidades que generan las subidas en el precio del oro.
La escalada en las cotizaciones no se aprovecha debido al agotamiento de los yacimientos mineros, mientras que la Empresa Boliviana del Oro (EBO) recién iniciará exploraciones en 2012, según admitió el Gobierno en aquella oportunidad.
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