El Primer Mandatario del país, hace más de un año atrás, precisamente en el mes de marzo 2016, anunció públicamente que se garantizaba una inversión de 400 millones de dólares para la construcción de dos plantas de refinación de zinc, una en Oruro y la otra en Potosí. Se ratificaba que la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (Fstmb) y el Gobierno trabajarían en la elaboración del proyecto a diseño final.
En esa ocasión, la información fue dada a conocer por el secretario ejecutivo de la Fstmb, Orlando Gutiérrez, al término de una reunión que sostuvo con el Mandatario y otras autoridades en el Palacio de Gobierno. Se reconocía entonces la importancia del compromiso del Presidente, para ejecutar el presupuesto de los 400 millones de dólares para la construcción de las dos plantas de zinc, un proyecto del que se habló mucho, por la necesidad de encarar seriamente el tratamiento de zinc a escala industrial y exportarlo con valor agregado como otro metal producido en Bolivia.
DISEÑO FINAL
Posiblemente este es el problema del presente, cuando todavía no se vislumbra la instalación de las dos plantas, la falta del proyecto a diseño final para la construcción de su infraestructura, sería la deficiencia más notoria en la intención de instalar las refinerías mineras. Según algunos observadores, no se puede eludir un compromiso conjunto, entre el Presidente y los dirigentes de la máxima organización sindical minera, cuando acordaron "iniciar los preparativos necesarios del proyecto, así como el diseño final de las infraestructuras de las dos plantas fundidoras de zinc". Cuando ha transcurrido más de un año de ese anuncio, la pregunta obligada es, ¿Quién está a cargo del cumplimiento del proyecto y cuánto se avanzó en su perfeccionamiento?, sabiendo por supuesto que ni el Presidente, ni los dirigentes se entrometieron en el asunto del "diseño final" a más de recomendar su elaboración y aprobación, que como se observa todavía no está listo.
En el caso de Oruro, en el mes de octubre del año pasado surgió la alentadora noticia de que "una planta de fundición y refinación de concentrados de zinc, constituye el proyecto que será ejecutado en el Departamento de Oruro, luego de una gestión del Ministerio de Minería y Metalurgia (MMM), para oficializar la posibilidad de construir la planta en el interior de la Empresa Metalúrgica de Vinto en Oruro, para lo que se destinaría un presupuesto de 290 millones de dólares, suficientes para encarar la primera fase del proyecto, aspecto ratificado entonces por el presidente de la brigada parlamentaria de Oruro, Gonzalo Choquehuanca.
Se comentó que el anunció podría convertirse en un "obsequio formal" al Departamento de Oruro, en ocasión de celebrar el 1º de noviembre, otro año de su fundación. El hecho sin embargo pasó desapercibido en materia de homenaje y se mencionó que días después (8 de noviembre) el titular del MMM estaría en la Brigada Parlamentaria de Oruro, para exponer los detalles de la implementación de la planta fundidora de zinc en Oruro.
Como siempre sucede en estos casos, debe cumplirse una serie de trámites, algunos engorrosos, otros parte de la burocracia administrativa, y los más que son atendibles en determinado periodo de las operaciones, para establecer las condiciones más favorables al cumplimiento de cronogramas, que como se menciona en este caso, deberían cumplirse en un periodo de dos años calendario, estimándose que la fundición de Oruro, sería la primera en ejecutar su proyecto, la otra de Potosí estará ubicada en la provincia Tomás Frías. Cada una procesará aproximadamente 100 mil toneladas métricas (TM) finas de zinc metálico al año. De aquí en adelante, el asunto es saber nada más, cómo y cuándo.
NdeR.- A partir de la presente edición y contando con el material debidamente respaldado, incluiremos algunas notas en el "recordatorio" de una interesante retrospectiva minera, la que podrá ser alimentada también con notas plenamente documentadas que nos envíen nuestros dilectos colaboradores y asiduos lectores.
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