Hace un año exactamente, de acuerdo a una publicación en el suplemento minero de la Comibol Bocamina Nº 25, se presentaba una nota titulada: "Desafío de la Comibol, es la industrialización". Hoy recuperamos esa interesante propuesta que puntualiza "El principal desafío que tiene la Comibol es la industrialización de sus recursos mineralógicos, con el concurso de las empresas nacionales e internacionales" según aseguró, en ese tiempo, el director de proyectos de la estatal minera, Ramiro Zanabria, durante el simposio "Hacia la industrialización del zinc".
En la misma nota se lee otro párrafo en el que se afirma que la producción de minerales en las dos últimas gestiones ha sido muy alta, particularmente en el 2011 cuando se exportó más de un millón de toneladas de zinc en concentrados metálicos. Se añade "El desafío que tiene la Comibol a partir de la Ley 1720, es precisamente lograr la transformación de la materia prima por lo menos al nivel metálico y después pensar en una futura industrialización", según lo apuntó el mismo Zanabria.
Para lograr el objetivo de la industrialización es necesaria la participación del Gobierno, de la Comibol y empresas en calidad de inversionistas. Se advierte que si los operadores de la minería no conjugan con las entidades quizá no se pueda caminar rumbo a la industrialización y transformación de nuestros concentrados de zinc.
Incluimos un párrafo más considerado interesante en este tema: "Para lograr este objetivo (industrialización) tenemos que empezar a pensar en estructuras horizontales, porque mientras tengamos este tipo de estructuras, (se supone verticales) quizás no avancemos, el mundo es cambiante. Los otros países han logrado adoptar e introducir en sus estructuras la transversalidad estructural", explicó Ramiro Zanabria.
Si bien nos quedan algunas dudas en torno a la parte final del párrafo anterior, lo que se reconoce es que hay criterio profesional para cambiar un sistema vertical por otro horizontal que permita una apretura que realmente necesita la Comibol para encarar su tarea de administrar la minería y encarar el reto de la industrialización.
Ha transcurrido un año de esa apreciación técnica y reconocimiento directo sobre la necesidad de encarar cambios y el resultado es poco alentador…No hay pasos concretos hacia la industrialización, eso significa que posiblemente la verticalidad con que se maneja a la estatal minera es una obstrucción al cumplimiento de metas que deberían avanzar en la práctica y no seguir siendo sólo enunciados que no tienen firmeza por falta del respaldo profesional que se necesita para encarar proyectos de envergadura.
Recordamos lo que se mencionó hace un año, para ponernos en la realidad del cumplimiento de los desafíos y/o en la imposibilidad real técnica y estructural para cambiar nuestra minería.
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