No sabemos cuánto puede demorarse realmente alcanzar el objetivo de producir en nuestro país y con sello bolivianos las baterías de litio que servirán para generar energía en los más modernos vehículos que eliminarán los carburantes para movilizarse.
En las proyecciones más optimistas de nuestro Gobierno se menciona el 2014 con mucho optimismo para estar ya en el mercado del litio y su industrialización y en abierta competencia con las productoras más próximas, caso de Chile y la Argentina, sin contar el caso de México que está apurando la creación de su infraestructura para tratamiento del litio y derivados.
Pero el asunto va por otros rumbos y es que con el avance de la tecnología y las tantas vueltas y revueltas a la explotación del litio resulta que otros países han optado por avanzar industrialmente en reemplazar el litio, de modo tal que ahora acometen la fabricación de baterías de magnesio y azufre para impulsar los vehículos eléctricos que ya estarán en los salones de exposición listos para mostrar sus condiciones de fuerza, potencia y diseño, sin el uso de gasolina, gas o diesel ni baterías de litio.
La información "colgada" en internet refiere que "Toyota, la poderosa automotriz japonesa, utiliza para su modelo Prius baterías de ión Li+ desde el año 2009, producto que será masificado en su industrialización, lo que no detiene el trabajo de investigación para desarrollar una nueva batería de magnesio-azufre (Mg-S) que tendrá una doble potencia y capacidad que las baterías de litio. Lo que da una pausa en la carrera de la competencia es que -Toyota- tendrá lista su batería (Mg-S) para el 2020, cuando el producto será lanzado masivamente.
Esa información que ya tomó la atención de destacados científicos bolivianos y profesionales que estudian el tema deja cierta tranquilidad por el tiempo en que demorarán los nipones en poner al mercado su nueva batería… pero en la materia de competir no hay que descuidarse pues con seguridad que existen otras gigantes empresas que están en la misma carrera y que por supuesto quieren ganarle a la competencia, por tanto el uso de las baterías de litio que queremos producir en Bolivia pueden quedar obsoletas antes de los previsto.
No se trata de malos augurios sino de asumir responsabilidades prácticas y si los japoneses están pensando en el magnesio como materia prima importante pues lo dinámico y útil es saber que entre otros componentes químicos de las salmueras está el magnesio. Entonces la fórmula de previsión y competencia está en manejar esos datos y empujar cuanto antes la producción de esos componentes prioritarios para fabricar las baterías que revolucionarán la energía automotriz.
El tiempo y la competencia no duermen, hay que estar en la misma corriente para responder a los desafíos del futuro tomando en cuenta que en aquellas proyecciones, como la nuestra para el 2014 y la japonesa para el 2020, se presentarán con seguridad otras opciones, pues ya se sabe que en Francia también se anticipan avances tecnológicos que revolucionarán los mercados automotrices. Nos corresponde buscar alianzas estratégicas para no quedar aislados o postergados por falta de iniciativas y capacidad previsora.
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