Dadas las condiciones vigentes en el Japón, después del terremoto y el tsunami que arrasaron parte de su territorio dejando una serie de problemas y un cantidad aún no estimada definitivamente de víctimas, hay que comprender que el poderoso aparato industrial nipón tardará un tiempo en rehacerse y retomar sus actividades especialmente en el orden internacional.
Días antes del desastre en Japón, estuvieron en nuestro país autoridades del país imperial y participaron de un seminario –por ellos organizado– para tratar la temática del litio, la capacidad de sus reservas y las opciones que se presentarán para industrializar el carbonato de litio que se obtenga en el Salar de Uyuni, que se ubica entre los departamentos de Oruro y Potosí.
Según los expertos japoneses, la demanda de materias primas de litio en el mundo irá en aumento en los próximos años, estimándose que habrá un boom en esa producción de aquí hacia el 2020, por tanto la explotación del litio en nuestro país, tiene un mercado asegurado, pero dependerá en todo caso de las decisiones que se adopten cuanto antes y se afirme un "consorcio" de empresas para encarar la explotación de la materia prima e industrializarla y llegar a la etapa de la fabricación de baterías… quién sabe de automóviles. Las exploraciones efectuadas por los expertos nipones, señalan que Bolivia tiene la mitad de las reservas mundiales de litio, cerca de 100 millones de toneladas del litio, material que servirá para la industrialización del material y encarar además (posiblemente con la Toyota) la fabricación de vehículos híbridos. En los próximos meses tendrá que definirse la selección del socio estratégico, pues el proyecto litio no puede demorarse más.
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