El pasado mes de diciembre, y de acuerdo a disposiciones en vigencia, las autoridades del sector minero del país en representación del gobierno rindieron cuenta a las organizaciones sociales sobre el manejo de recursos asignados al sector y su utilización en algunos programas de orden más que todo administrativo.
Del señalado informe se deduce que fueron más los gastos de recursos económicos que los destinados a inversión, cerrándose la gestión en el mes de noviembre 2010 consignando la cifra de 500,49 millones de bolivianos de los que sólo se ejecutaron 108,53 millones de Bs, lo que significa nada más que el 22 por ciento del total.
Por razones de estrategia el informe se produjo en la ciudad de Oruro, como reconocimiento a su importancia productiva según se dijo, empero la rendición de cuentas destacó las exportaciones mineras hasta noviembre 2010 que llegaron a 2.500 millones de dólares.
En lo que corresponde al rubro de “gastos” se asignaron 2.846 millones de bolivianos para la minería estatal en la gestión pasada, habiéndose gastado un monto de 2.187 millones de bolivianos que representa el 77 por ciento de ejecución presupuestaria. Sin embargo de ese global manejado en cifras el informe incluye otros rubros señalando por ejemplo que la ejecución presupuestaria de la minería estatal es muy baja, pues el Ministerio de Minería sólo ejecutó un 22 % de lo programado en tanto que la Comibol llegó al 20 %, Sergeotecmin no pasó del 13 % y la Fundición de Vinto alcanzó el 19 %.
Una prueba de que se dio prioridad a los gastos y no a las inversiones se refleja en la asignación a Comibol que tiene un presupuesto para inversión de 390,75 millones de bolivianos, pero sólo utilizó en la gestión pasada una quinta parte de ese monto correspondiente a 79,16 millones , mientras que para el rubro de gastos se le asignó 1.195 millones y utilizó más del 50 % del mismo lo que sumó 679,79 millones de bolivianos, sin que se haya programado ni un solo centavo para el rubro de inversión.
Hay otro ejemplo en el que se priorizan los gastos y no las inversiones. De acuerdo a la rendición de cuentas se menciona que el presupuesto de inversión de la Metalúrgica de Vinto estaba en 69,33 millones de bolivianos y se utilizó poco más de la cuarta parte del monto, menos de 20 millones, en tanto que para gastos se asigno a la fundición 1.571 millones y se ejecutó el 94 % de la asignación sumando a 1.477 millones de bolivianos.
El informe de “cuentas claras” no exagera para nada, según dicen los entendidos en la materia, pero quedó muy clara la posición del Gobierno y el sector estatal minero, por lo menos en lo que ocurrió el 2010, dando especial atención a los gastos y reduciendo a la mínima expresión el importante rubro de la inversión. Ahora bien si hay duda en lo que debería invertirse y posiblemente por falta de información se distorsionó ese renglón, hay plena certidumbre en el sector minero de que los recursos de la minería deben retornar al mismo sector, pero para alentar planes de exploración aspecto vital e ineludible para fortificar la gran minería nacional en todos sus sectores.
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