El asunto no es tan simple, según el principal emisario de una misión japonesa que llegó al país con el objeto de analizar exhaustivamente el tema del litio y las posibilidades de su explotación e industrialización, respondiendo a una entusiasta propuesta del Mandatario boliviano, Kaname Tajima, vice ministro parlamentario de economía, comercio e industria del Japón, con la frialdad que caracteriza a los - industriales – asiáticos, sin mostrar enfado, pero tampoco entusiasmo señaló que la industrialización del litio "no es de la noche a la mañana".
El funcionario del Gobierno japonés, replicó de ese modo la "propuesta" boliviana que lanzó el Presidente Evo Morales, durante la realización del seminario sobre "desarrollo estratégico de Bolivia" que organizaron los emisarios nipones, 40 en total que expusieron criterios y recogieron datos sobre la potencial reserva de litio que Bolivia tiene en los salares de Uyuni y Coipasa.
En realidad el jefe de esa misión nipona, Kaname Tajima, entendió de manera muy clara el "condicionamiento" que formuló la primera autoridad boliviana, al señalar además, "que para Bolivia se acabó "la exportación de materias primas" y que su deseo es contar "con un Toyota a litio, pero hecho en Bolivia"
El visitante japonés fue muy claro al exponer sus puntos de vista y sin ningún todo de broma puntualizando que el proceso de explotación e industrialización del litio obligan a tener un personal altamente capacitado y ese proceso también significa tiempo. Recordó que su país tardó muchos años para poner en funcionamiento su industria luego del desastre de la segunda guerra mundial, aclarando finalmente que "la decisión de fabricar o no baterías de litio y automóviles eléctricos en Bolivia, es asunto de las empresas privadas del Japón, mostrando que su gobierno no tomará esa decisión. Muy claro.
Cuatro decenas de expertos, pertenecientes al Gobierno del Japón y a las más importantes industrias automotrices de esa nación asiática aprovecharon tres jornadas para estudiar detenidamente las condiciones de una futura extracción de litio en el depósito boliviano que tiene la mitad de las reservas mundiales del metal.
Si hay algo que se reconoció en el evento es el interés del Gobierno Nacional en la búsqueda de un socio estratégico que esté en condiciones de invertir en el macroproyecto del litio y someterse a las reglas de juego que dispondrá en breve tiempo más una nueva Ley de Minería, además de cualquier convenio "directo" que podría darse si demora demasiado la aprobación de la Ley. El presidente Morales, anticipó seguridades para las inversiones de cualquier país, empresarios privados o empresas estatales, despejando de ese modo alguna incertidumbre que "flota en el ambiente" debido a los problemas de avasallamientos, expropiaciones y nacionalizaciones que se han producido con empresas extranjeras, justamente desde la primera gestión del actual gobierno.
Días atrás y con gran despliegue de información, precisamente los japoneses hicieron conocer su interés de invertir en el proyecto del litio en Bolivia, también se mostraron interesados, aunque poco tiempo atrás, empresarios de Francia, de Corea, de la China, Estados Unidos, Brasil entre otros, pero no se conocieron mayores intentos, debido a la situación social reinante en nuestro país, lo que habría alterado el curso de otros emprendimientos.
En todo caso, la propuesta directa del presidente Morales puede despertar los dormidos deseos de industriales del sector en algunas latitudes del mundo para dedicarle especial atención al proyecto del litio, como materia prima para la fabricación de baterías que impulsen los vehículos del futuro.
Es responsabilidad de las autoridades nacionales definir de una vez una estrategia para desarrollar el proyecto del litio, más allá del funcionamiento de una planta piloto que seguirá produciendo cantidades menores de materia prima interesante por su variedad, inclusive antes de llegar al carbonato de litio, objetivo mayor que obligará luego a seleccionar entre las mejores ofertas aquella que se ajuste al interés boliviano, para dar el gran salto tecnológico de producir baterías para los automóviles que podrían producirse en el país.
Indudablemente que existen interesados, pero como observa un experto nipón, el asunto de industrializar el litio y satisfacer el sueño del mandatario boliviano, no puede lograrse de la noche a la mañana… o como manifestó un analista de las cosas prácticas, descartando las utópicas, al referirse al proyecto del litio en Bolivia, anticipó su criterio, puntualizando que…"soñar es fácil, pero para obtener resultados hay que estar muy despiertos". Un analista en temas mineros, añade su punto de vista al remarcar que "la minería es muy compleja, no es lo mismo que soplar vidrio y en el caso del litio se necesita mucha responsabilidad profesional y altísima inversión".
Opiniones que a la hora del análisis frío, sereno, responsable y práctico merecen la atención de las autoridades y de nuestros más connotados profesionales en minería, nuestros científicos y los técnicos que opinen, que expongan sus criterios y ayuden en la búsqueda de un socio que responda a las exigencias de desarrollar un proyecto, concreto que le sirva al país y consolide su desarrollo. Despertemos a la realidad y dejemos de soñar.
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