No es difícil colegir lo que puede suceder en la presente gestión en el caso de la minería si no se dan en un tiempo prudente las condiciones para dirigir su rumbo por una vía expedita hacia su desarrollo, pero con el respaldo de una normativa adecuada que garantice, primero las inversiones y luego un sistema equitativo de orden tributario que no marque diferencias "odiosas", entre sectores que trabajan explotando los mismos recursos naturales.
Pese a todas las facilidades dispuestas para avanzar en el proceso de consensuar el proyecto de la ley minera, resulta que en más de tres años de ese intento no se alcanzó el objetivo y la incertidumbre es ahora el aspecto predominante en el futuro de nuestra minería.
No se puede entender cómo es posible que el tema más sensible en el contenido de la ley, como es el caso tributario, sea separado del tratamiento entre los representantes de los sectores mineros y se deje su confección en manos del titular de la cartera económica del país. Puede ser que por razones operativas y de centralismo financiero se aplique esa medida, empero en su caso necesariamente el sistema, sus escalas porcentuales y todo lo referido a la fijación de impuestos debe considerarse con los "actores del drama".
Lo que se espera es que, más tarde o más temprano, se resuelva el tema de la ley minera, prioridad para encarar el proyecto de "reactivar la minería", pues sólo con reglas claras se definirá el sistema impositivo, el de las regalías y de los presupuestos que sean asignados para nuevas prospecciones, exploración de yacimientos y decisiones para acometer la explotación de yacimientos con las debidas garantías y con las condiciones legales que atraigan inversiones en condiciones de alta competitividad, con los países vecinos, donde actualmente están operando con millonarios aportes las empresas más grandes de la minería mundial.
El ritmo de la economía nacional se mueve en función de las regalías que genera la exportación del gas y que tiende a incrementarse de acuerdo a los precios externos y las necesidades coyunturales de países vecinos, se mencionan también las manufacturas y se añade la producción agrícola, rubros interesantes que muestran las posibilidades de diversificación de nuestra economía. Empero si hay algo importante y que debe recuperar su condición de apoyo directo a la economía nacional es por supuesto la minería, que en la actualidad está restringida por la falta de normas que la regulen, la incentiven y la impulsen hacia el cumplimiento de metas para fortalecer la economía nacional.
Mientras no se den estas condiciones la incertidumbre predomina en la actividad minera, principalmente en el sector privado que no tiene dónde asentar la regularidad de su actividad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario