“Un proceso arbitral tiene un costo entre tres y cuatro millones de dólares, dependiendo de sus diferentes características se podrán tener otros gastos procesales”, afirmó la Ministra de Defensa Legal.
El gobierno de Evo Morales, prefiere pagar entre tres y cuatro millones de dólares en el juicio arbitral con la empresa canadiense Atlas Precious Metal, en lugar de pagar 850 mil dólares que la compañía solicita por sus inversiones en Karachipampa.
Ayer por la tarde, la ministra de Defensa Legal, Elizabeth Arismendi, aseguró que el Gobierno está dispuesto a aceptar el arbitraje internacional que propone la empresa canadiense, Atlas Precious Metal, que solicita el pago de 850 mil dólares.
Según Arismendi, aunque el gasto sea mayor para el Estado boliviano en llevar a cabo el proceso arbitral, el Gobierno no puede negar a ninguna empresa para este tipo de procedimiento, toda vez que se trata de un derecho legítimo.
“No podemos dejar de atender la solicitud que hace Atlas para ir a un arbitraje internacional y tampoco podemos dejar de defendernos. La empresa Atlas sabe que el país está dispuesto a este proceso”, afirmó la autoridad.
“Un proceso arbitral tiene un costo entre tres y cuatro millones de dólares, dependiendo de sus diferentes características se podrán tener otros gastos procesales”, dijo la autoridad.
La empresa canadiense antes de ir al arbitraje internacional, esperó más de tres meses para llegar a un acuerdo “amigable” para el pago de la indemnización, pero el Ejecutivo habría preferido la opción más cara para resolver el problema.
DEMANDA
Comentó también que el monto que pide la empresa canadiense (850 mil dólares) es superior al que se había evaluado por una empresa unilateral da la Corporación Minera de Bolivia (Comibol), dando un monto de 681 mil dólares, que incluía los trabajos de suministro y búsqueda de minerales, con lo que la empresa Atlas no está de acuerdo.
“Se dividió en dos aspectos importantes, una fue la ejecución de la boleta de garantía que ya está ejecutoriada y no es reversible, pero referente a las inversiones que hubiera realizado Atlas, esto estaría en estudio por parte de la Comibol, que les ofreció un monto de acuerdo a la documentación que se tiene, pero la empresa canadiense no la aceptó”, manifestó Arismendi.
Según la autoridad, esta empresa siderúrgica solicita un monto superior del que se habría invertido y por la cual no están de acuerdo, lo que generó el anuncio del proceso arbitral contra el Estado boliviano.
“Quizás este derecho que tenemos, ambas partes, de ir a un arbitraje, sea más conveniente para nuestros intereses”, manifestó Arismendi.
ATLAS PEDIRá MáS
Por otro lado, el representante legal de Atlas, Jorge Valle, informó que los montos solicitados, tomarán en cuenta lo invertido, además el alquiler de un depósito por tiempo que estuvo guardado la planta fundidora y otros, sumando aproximadamente cinco millones de dólares.
Sin embargo, Arismendi comentó que la empresa tiene una pretensión “millonaria” que no se apega a la realidad y que la única suma que pagará el Estado, será en base a la documentación “objetiva”.
ESTADOS UNIDOS
Este proceso arbitral se llevaría a cabo en los Estados Unidos, ya que esta empresa tiene sus oficinas principales en ese país, además de un gran consorcio de abogados para poder llevar a cabo este arbitraje.
“Tenemos fe de que este arbitraje, a las dos partes nos conviene de cierta forma, pero yo quiero señalarles que Bolivia nunca se cerrará a una conciliación, siempre estaremos abiertos a poder conversar y seguramente las empresas lo comprenden porque los procesos arbitrales son bastante costosos”, dijo Arismendi.
Según Valle los ejecutivos de la empresa canadiense, se encuentran en las oficinas de Atlas en los Estados Unidos, reunidos con un consorcio de abogados para decir cuáles serán los puntos que demandarán en este proceso legal y que se definirá hasta mañana, si el monto será mayor por daños y perjuicios ocasionados por la Comibol.
El 22 de septiembre EL DIARIO adelantó la noticia que posteriormente fue confirmada por el ministro de Minería, José Pimentel, que la empresa canadiense Atlas Precious Metal no estaba más en el proyecto de Karachipampa por los impasses surgidos.
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