El método más antiguo y sencillo para recuperar oro del resto de minerales acompañantes provenientes de yacimientos primarios (veta), consiste en el uso de una piedra dura o un combo para triturar y pulverizar manualmente el material, luego someterlo a un lavado en batea (chua). Después de secar el concentrado obtenido en la batea, el oro liberado es separado de los sulfuros por simple soplado.
En la literatura técnica antigua se destaca el aporte útil e ingenioso de quien inventó el método corto para la extracción de metales tales como el oro y la plata a partir de ciertos minerales sin la aplicación de la fundición directa, sino por medio de la utilización de mercurio aprovechando las propiedades físicas y químicas de este metal líquido.
También se hace énfasis en los diferentes esfuerzos y avances a lo largo del tiempo para construir una máquina que al mismo tiempo pueda triturar, moler, limpiar, lavar el mineral aurífero y mezclar el oro con mercurio hasta formar la amalgama.
Sin embargo, los tiempos han cambiado y las actuales regulaciones ambientales, exigen adoptar medidas urgentes para reducir e incluso eliminar el uso de mercurio en procesos tales como el beneficio de oro, mediante la aplicación de "mejores técnicas" o técnicas alternativas a la manera de amalgamación tradicional.
La solución más sencilla e inmediata para la reducción y eliminación total de las emisiones de mercurio en el ámbito de la pequeña minería y minería artesanal sería descartar completamente el uso de este insumo. Sin embargo, mientras no se logre sustituir el proceso de amalgamación por un método alternativo que sea sencillo, barato, rápido y eficiente; se tiene que optimizar y restringir el uso de mercurio en circuitos cerrados (existen muchas razones técnicas, económicas y ambientales para recircular el mercurio). La búsqueda de estas alternativas técnicamente eficientes y económicamente rentables, que permitan sustituir total de la amalgamación, continúa siendo un reto para los ingenieros, investigadores y los propios mineros.
Las opciones que tienen los operadores mineros para la elección de las mejores técnicas disponibles son muchas, pero la selección de un sistema de recuperación de oro apropiado para un determinado tipo de mineral y un sitio en particular no es una tarea fácil. Una consideración importante y de primer orden, es el costo frente a la recuperación, pero hay otros factores que se debe tener en cuenta al momento de tomar una decisión final. Tan importante como la eficiencia de recuperación del equipo son en algunos casos, los impactos ambientales que se puedan generar.
Una opción técnica de primer orden en el proceso de tratamiento de minerales auríferos es la producción de concentrados, si se hace bien y dependiendo del tipo de mineral, puede permitir la reducción e incluso la eliminación del uso de mercurio vía fundición directa de los concentrados. La concentración puede hacerse de varias maneras y en varios pasos, casi todos usan la gravedad para separar partículas pesadas como el oro, de las partículas más ligeras.
La concentración elimina la necesidad de amalgamar todo del mineral y reduce la cantidad de mercurio usado y perdido. Un adecuado proceso de amalgamación seguida por la recirculación del mercurio es algo que se puede y debe hacer siempre.
Por tanto, alternativas técnicas que permitan "controlar" el uso y consumo de mercurio, optimizar el uso y manejo de aguas así como la gestión de los diferentes tipos de residuos mineros; existen, la cuestión es saber elegir el proceso, equipo y la implementación que permita mejorar la eficiencia, la rentabilidad y la adecuación ambiental de la operación minera.
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