A mediados del pasado mes, de manera oficial y a través del viceministro de Desarrollo Productivo Minero se confirmó que el Gobierno nacional invertirá la suma de tres mil millones de dólares (3.000 millones) para la ejecución de un plan quinquenal minero que comienza este año y se prolonga hasta el 2019.
La autoridad ratificó que "nosotros (el Gobierno) tenemos un plan de desarrollo minero metalúrgico de cinco años, donde la prioridad es realizar los trabajos de prospección y exploración". No dio mayores detalles sobre desembolsos inmediatos, pese a la urgencia que existe para dinamizar la actividad minera del país, dada la contingencia que representa contrarrestar el bajón de los precios internacionales de los minerales.
Apuntó otro detalle que seguramente se contemplará en la implementación del plan quinquenal y que se refiere a inventariar nuestros yacimientos mineros, apuntó al respecto "la necesidad de conocer con precisión la cantidad y el valor de la riqueza mineral del país para su explotación y no tener sólo referencias históricas".
El anticipo oficial podría significar el avance práctico de la tan reclamada "reactivación de la minería boliviana", especialmente cuando se afirma que tenemos riqueza en los cuatro puntos cardinales del país. En el norte yacimientos aluviales muy significativos, principalmente en el río Madre de Dios; se sabe que en el sur lo más importante está en los salares de Uyuni y Coipasa; en la parte occidental están los complejos mineralógicos y en la parte del oriente están ricos yacimientos auríferos y otros minerales importantes, la referencia sería para el hierro del Mutún.
En el plan de acción quinquenal surgen algunas revelaciones, por ejemplo saber que para la instalación de las plantas refinadoras de zinc, una en Oruro y la otra en Potosí, proyectos bastante demorados desde su anuncio inicial los que inclusive ya tienen, por cuenta separada, aprobado el presupuesto para que se desarrollen tales proyectos, empero se sabe que "se enviaron a Australia algunas muestras para que se hagan los estudios de laboratorio", es decir que recién se está dando pasos preliminares, cuando hipotéticamente, esas fundiciones ya debieron estar en operación, en el peor de los casos a punto de hacerlo.
En medios próximos a la minería y metalurgia la inversión de 3.000 millones de dólares es significativa aunque en la proyección de cinco años, y dependiendo de cómo se manejen estos recursos, pueden resultar insuficientes para alcanzar objetivos muy precisos en solventar los proyectos, pues por lo que se dice, no sólo se trata de prospección y exploración, sino de un desarrollo minero y metalúrgico que en términos generales significa muchos millones más de dólares. Posiblemente la apertura a la inversión externa sea una solución o un apoyo claro a la buena intención de movilizar nuestra estancada minería.
En todo caso, faltan detalles "simples", como señalan algunos expertos y es cuestión de tener a mano y cuanto antes las reglas claras de juego, de modo que el plan quinquenal funcione objetivamente.
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