Henry Oporto es sociólogo, investigador y ensayista. La semana pasada presentó el libro "Los Dilemas de la Minería", del cual es coautor junto a Dionisio Garzón, Jorge Espinoza y Pedro Portugal. En él se analiza y se describe la coyuntura que atraviesa la minería boliviana, siendo el resultado de un ciclo de conversatorios que realizó la fundación Vicente Pazos Kanki y algunas investigaciones. Gustosamente nos dio un pantallazo de "Los Dilemas de la Minería", las amenazas y riesgos del sector y el gran potencial que tiene el oriente boliviano.
¿Cuáles son los dilemas de la minería? Uno de los dilemas es si vamos a atraer inversión a la minería, y para esto hay solo un camino posible, la inversión privada (nacional y extranjera) porque el Estado, la Comibol, no tiene capacidad de hacer inversiones. Si no viene la inversión del sector privado, la minería boliviana está condenada al estancamiento, languidecer, no va a desarrollar sus recursos naturales. El segundo dilema es ver cuál va a ser el rol de la Comibol. Será una empresa eficiente, rentable, generadora de divisas o simplemente una empresa social, cuya principal preocupación es dar empleo a los trabajadores. Nosotros no quisiéramos que se repita la experiencia de las décadas anteriores, cuando Comibol quiso hacer de todo y al final terminó como una empresa quebrada. Otro dilema tiene que ver con el hecho de que si vamos a desarrollar los recursos mineros o no. Actualmente, el país está exportando alrededor de 3.000 millones de dólares en productos minerales. Esto es significativo respecto a años anteriores, cuando los precios de los minerales estaban bajos.
¿Es buena cifra si nos comparamos con los países vecinos? Este nivel no es nada si lo comparamos con lo que exportan los países vecinos como Perú, Chile, Argentina, Brasil. Entonces, Bolivia debería plantearse una meta ambiciosa, al menos triplicar el valor. Por ejemplo, llegar a 10.000 millones de dólares en exportaciones mineras, y eso hacerlo de cara al Bicentenario del país; es decir, en los próximos 12 años, ese debería ser un objetivo a conseguir.
En el libro también se habla del potencial del oriente boliviano en la minería. ¿Cuáles son las razones? Santa Cruz probablemente es la región que puede inaugurar una nueva etapa en la minería del país, alrededor de los metales tecnológicos, yacimientos potenciales existen. Tenemos un conjunto de metales que se utilizan en la industria electrónica para la fabricación de celulares, televisores, radios, automóviles, etc. Aquí está el grupo de minerales conocidos como "Tierras raras", donde encontramos el cadmio, litio, tantalio, platino, oro, microdiamantes y, bueno, la lista es larga, y Santa Cruz tiene posibilidades de contar este tipo de desarrollo y explotación mineralógica, quizás es el desafío de Santa Cruz para el Siglo XXI. Pero nuevamente requiere de inversión. El problema es, ¿quién va a ser esa inversión? El Estado no la va a hacer, entonces tiene que venir la inversión privada. Hay que generar condiciones que faciliten a la inversión y aquí pensamos que puede hacer mucho el Gobierno departamental.
¿Cuáles son los riesgos de la volatilidad de los precios en la minería? Ha habido un impacto muy positivo debido a los altos precios de los minerales; sin embargo, nosotros advertimos con cierta preocupación la volatilidad de los precios en el mercado internacional, en los últimos 2 años se ha sentido mucho las altas y bajas en los precios, lo que nos habla de un escenario inestable e incierto a futuro. La inestabilidad de los precios no se puede controlar desde el país. Bolivia puede hacer muy poco para contener esa tendencia, que está en declive. Pero lo preocupante es el efecto que puede tener sobre todo en dos sectores, en la minería estatal y en las cooperativas. Todos sabemos que la minería estatal lamentablemente trabajó con costos muy altos y el nivel de su producción es bajo. Lo que significa que si los precios internacionales caen significativamente, probablemente las minas que están en manos del Estado verán comprometida su rentabilidad y solvencia. Lo que podría derivar en muchos conflictos sociales, como el desempleo.
En el libro también se habla de la minería mediana. ¿Cómo queda la situación de este sector? La llamada minería mediana es el sector con más capacidad de hacer inversiones y de modernizar las operaciones mineras, lamentablemente en los últimos años está en una situación de repliegue y retroceso en un contexto, en que este tipo de empresas está sufriendo de acoso político, inseguridad jurídica, expropiación, lo que hace que el sector que más puede invertir en Bolivia no lo esté haciendo. Y advertimos el riesgo si se continúa en esta dirección, la minería en Bolivia puede reducirse a un puñado de empresas estatales de muy dudosa viabilidad económica, rodeado de un mar de pequeñas operaciones mineras, que son las cooperativas, pero en una lucha por sobrevivir.
¿Cuál es la capacidad de producción de la minería mediana? La minería mediana produce el 55% de la producción y es el sector que más aporta en las exportaciones. Los datos revelan que su aporte el 2010 fue más del 60%, pero el 2011 bajó a 48%, lo que está estresando las dificultades que tiene este sector para seguir operando.
Los problemas y temas a superar
Existe la necesidad de invertir y encontrar una fórmula para que las cooperativas y empresas puedan convivir armónicamente, también es indispensable que exista una política de largo plazo y que tenga la continuidad necesaria en el tiempo. Finalmente necesitamos fortalecer la institucionalidad del sector, necesitamos un Ministerio de Minería idóneo, que tenga la capacidad de conducir la política minera, pero además necesitamos una Comibol que sea rentable.
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