La cotización del oro bate récords como nunca, llegó a los 1.300 dólares y seguirá por este camino, según los banqueros, corredores y compañías mineras reunidos desde ayer en Berlín con motivo del principal encuentro anual de profesionales de metales preciosos.
La onza de oro valdrá dentro de un año 1.400 dólares, según un sondeo realizado ayer entre los participantes de la conferencia organizada por el mercado londinense LBMA.
El metal amarillo, que bate récord sobre récord, acabó en el fixing de la tarde a 1.297 dólares tras haber subido ayer hasta 1.300,15 dólares.
El precio del oro aumentó un 30% en un año, así supera todas las previsiones de los profesionales: durante la conferencia LBMA del año pasado, los participantes predijeron una onza de oro a 1.181 dólares en septiembre de 2010.
Y nada indica que vaya a cambiar la tendencia, porque el metal amarillo es uno de los únicos refugios frente a la incertidumbre sobre la coyuntura mundial, según los expertos reunidos en Berlín. “Las condiciones actuales van a perdurar un buen momento”, aseguró Graham Birch, ex director de Recursos Naturales del fondo de inversiones Blackrock.
“El oro seguirá subiendo durante uno a tres años porque el mercado mundial de divisas es una casa de locos”, explicó a la AFP Josef Kaesmeier, jefe de los economistas del banco alemán Merck Finck.
“Estados Unidos tiene interés en que el dólar siga débil, el euro padece problemas de deuda de los países del sur de Europa, el yen tiene un comportamiento inexplicable... La única divisa que el mundo querría comprar es el yuan, pero China no quiere. Queda el oro”, explica.
Hay otros argumentos en favor del oro, según Birch: “Es uno de los raros activos en existir fuera del sistema bancario”, que perdió mucha credibilidad tras la quiebra en septiembre de 2009 del gigante Lehman Brothers.
El oro también es –según Birch– una inversión discreta, lo que juega a su favor “en un momento en el que los gobiernos intentan gravarlo todo”.
Los récords registrados por el metal amarillo atraen nuevos actores al mercado, empezando por los fondos de pensiones.
“La actitud hacia el oro cambió de forma espectacular”, declaró Shayne McGuire, representante del fondo de pensiones de los profesores de Texas (Estados Unidos). “Ahora todo el mundo debe tener oro en su cartera” de inversiones, concluyó.
Una afirmación que hace estremecer a Kaesmeier: “Si los fondos de pensiones llegan en masa, entonces veo el peligro de una burbuja”.
Lo mismo opina Birch, convencido de que todo transcurrirá bien si el oro sigue siendo “un medio para los ricos de seguir siendo ricos”.
La onza de oro valdrá dentro de un año 1.400 dólares, según un sondeo realizado ayer entre los participantes de la conferencia organizada por el mercado londinense LBMA.
El metal amarillo, que bate récord sobre récord, acabó en el fixing de la tarde a 1.297 dólares tras haber subido ayer hasta 1.300,15 dólares.
El precio del oro aumentó un 30% en un año, así supera todas las previsiones de los profesionales: durante la conferencia LBMA del año pasado, los participantes predijeron una onza de oro a 1.181 dólares en septiembre de 2010.
Y nada indica que vaya a cambiar la tendencia, porque el metal amarillo es uno de los únicos refugios frente a la incertidumbre sobre la coyuntura mundial, según los expertos reunidos en Berlín. “Las condiciones actuales van a perdurar un buen momento”, aseguró Graham Birch, ex director de Recursos Naturales del fondo de inversiones Blackrock.
“El oro seguirá subiendo durante uno a tres años porque el mercado mundial de divisas es una casa de locos”, explicó a la AFP Josef Kaesmeier, jefe de los economistas del banco alemán Merck Finck.
“Estados Unidos tiene interés en que el dólar siga débil, el euro padece problemas de deuda de los países del sur de Europa, el yen tiene un comportamiento inexplicable... La única divisa que el mundo querría comprar es el yuan, pero China no quiere. Queda el oro”, explica.
Hay otros argumentos en favor del oro, según Birch: “Es uno de los raros activos en existir fuera del sistema bancario”, que perdió mucha credibilidad tras la quiebra en septiembre de 2009 del gigante Lehman Brothers.
El oro también es –según Birch– una inversión discreta, lo que juega a su favor “en un momento en el que los gobiernos intentan gravarlo todo”.
Los récords registrados por el metal amarillo atraen nuevos actores al mercado, empezando por los fondos de pensiones.
“La actitud hacia el oro cambió de forma espectacular”, declaró Shayne McGuire, representante del fondo de pensiones de los profesores de Texas (Estados Unidos). “Ahora todo el mundo debe tener oro en su cartera” de inversiones, concluyó.
Una afirmación que hace estremecer a Kaesmeier: “Si los fondos de pensiones llegan en masa, entonces veo el peligro de una burbuja”.
Lo mismo opina Birch, convencido de que todo transcurrirá bien si el oro sigue siendo “un medio para los ricos de seguir siendo ricos”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario