De acuerdo con el Informe Final del Proyecto de Prospección de Minerales de Uranio Cotaje-Márquez elaborado por la ex Comisión Boliviana de Energía Nuclear (Coboen), Cotaje es “un depósito muy chico” y tiene unas reservas estimadas en 11,4 t/finas de uranio. “El depósito de cotaje no contiene reservas geológicas y por lo tanto no tiene posibilidades de incrementar sus reservas en un futuro”, señala el documento.
El Servicio Nacional de Geología y Técnico de Minas (Sergeotecmin) se encuentra ejecutando en el sector el estudio de cuantificación de reservas de uranio, oro, zinc y otros minerales. “Un estudio anterior estima que la mina Cotaje tendría una reserva de 35 mil toneladas de uranio”, aseguró en entrevista con La Razón el secretario de Minería y Metalurgia del Gobierno Departamental de Potosí, Arnulfo Gutiérrez.
El ex ministro de Minería, Dionisio Garzón, confirmó que los últimos resultados que arrojó Cotaje indicaban que las reservas del mineral radioactivo alcanzaban las “35 mil toneladas”, aunque aclaró que la cantidad era “insuficiente para empezar a pensar en concentrarlo e industrializarlo”.
El uranio en Cotaje tiene una pureza (ley) de 0,08%, precisó Garzón. En contraposición, las vetas encontradas en Argentina llegan a tener una ley de hasta 0,72%.
El ex Servicio Nacional de Geología y Minería (Sergeomin) identificó 11 “pequeños puntos” con potencial de contener uranio en estado natural en la región que no son propiamente yacimientos concentrados del mineral, sino material diseminado. Por otro lado, indica el informe, la cuantificación efectiva de los reservorios requiere de inversiones millonarias.
El 30 de agosto, la ministra de Planificación del Desarrollo, Viviana Caro, afirmó que Irán tiene intenciones de realizar trabajos de prospección minera de uranio y otros minerales en el país, para lo cual abrió una línea de crédito de 200 millones de euros.
RECURSOS. El costo total del proyecto de cuantificación de uranio (Bs 2.795.741) es subvencionado por el Gobierno Departamental de Potosí y al momento tiene un avance del 65%; “esperamos que concluya en octubre”, manifestó Gutiérrez.
Una vez concluido el estudio y de acuerdo con los resultados, agregó, se podría iniciar la explotación a través de una licitación, de la cual serían parte tanto empresas nacionales como extranjeras.
“Antes de hacer una inversión estatal (en la explotación del uranio) será preferible realizar una evaluación para ver si el grado de investigación permite una perspectiva rentable a futuro”, remarcó a su vez Garzón.
COBOEN dejó de operar por fallas
La Comisión Boliviana de Energía Nuclear (Coboen) inició sus primeros trabajos en 1967 en condiciones técnicas precarias. En la década de 1980, la empresa extranjera AGIP y Coboen realizaron un estudio de evaluación de minerales radioactivos en Bolivia, cuyos resultados no fueron alentadores. Esta situación y el recorte de recursos permitió que Coboen se disgregara pasando sus dependencias a diferentes instituciones como el Instituto Boliviano de Tecnología y Energía Nuclear.
Dos regiones en el país tienen potencialidad radioactiva
Una franja de 45 kilómetros (km) entre Oruro y Potosí y la región de San Ignacio de Velasco en Santa Cruz tienen “con certeza” potencialidad radioactiva que aún no ha sido adecuadamente estudiada por el Gobierno, afirmó el ex ministro de Minería, Dionisio Garzón.
Un informe elaborado por seis ingenieros mineros norteamericanos que tuvieron apoyo de la NASA identificó la presencia de uranio, oro, cobre, plata y otros minerales en el altiplano y la cordillera Oriental de Bolivia.
“En el país hay lugares que tienen presencia de uranio, pero que aún no tienen la categoría de reservas minerales utilizables. Para conseguir esta categoría es preciso efectuar estudios más complejos”, aseguró Garzón.
El área con potencialidad radioactiva más conocida y estudiada está en una franja de 45 km entre Oruro y Potosí, lugar donde se identificaron “varias anomalías y pequeñas concentraciones de minerales radioactivos secundarios”, expresó el ex ministro de Minería.
La segunda área donde también se detectaron anomalías radioactivas está ubicada en el área de San Ignacio de Velasco.
Asimismo, cerca del límite con Brasil, existe un pequeño cerro llamado Manumó donde se encontraron “tierras raras” que son minerales que está ligados a la presencia de radioactividad, precisó.
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