Estamos en coincidencia plena con destacados profesionales de la minería cuando afirman que “la minería necesita de fuerte financiamiento para garantizar sus operaciones y no de burocracia institucionalizada que hace pesado su desarrollo”.
Parecería que más allá del interés específico en ampliar las actividades mineras en sí, existiera otro interés en crear una burocracia afín en la que se pueda disponer de cierta cantidad de empleos en la escala superior bajo formas administrativas, cuando lo que aparte de capitales se necesita de manera concreta profesionales de la materia.
Si bien es cierto que algunos dirigentes mineros ocupan cargos en las empresas que surgen -como hongos- en la estructura estatal, es muy difícil que su desempeño esté en el nivel del especializado en la materia, por tanto hay que combinar aquella experiencia (sindical) con el nivel y capacidad de quienes además suman su propia práctica profesional para encarar proyectos que se conviertan en grandes emprendimientos mineros, sustentables y seguros en ciclo productivo.
En el último tiempo han sido conformadas varias empresas, fuera de una que se consideraba la principal, el caso de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol) y que ahora, como alguien dijo, es sólo el florero en alguna mesa de trabajo minero exceptuando su relación directa con Huanuni y la Empresa Metalúrgica de Vinto y algunas otras minas marginales.
Están la minera socia de la Jindal, en el caso del Mutún, otra en Corocoro para explotar cobre, ya se puso en marcha la de recursos evaporíticos para la explotación de los salares y también se habló de la Empresa Boliviana del Oro (EBO) que tendrá jurisdicción para el control de producción del metal precioso. Así hay varias empresas que aumentan la burocracia del sector, pero no muestran avances significativos en impulsar efectivamente la minería en todos los subsectores que la componen, priorizando algunos, como el de la minería chica por ejemplo que tiene interesantes prospectos pero muy poco o casi ningún financiamiento.
Bajando de ese nivel supra administrativo de orden gubernamental se está queriendo hacer otro tanto en ciertas gobernaciones, como en la nuestra que ya tiene más de una dirección sólo por conformar a dirigentes en disputa de ubicación en alguna instancia del aparato oficial…y ese no es el mejor camino para solucionar los problemas de la minería que necesita financiamiento seguro, garantías y seguridades de orden legal, pero sobre todo dirección técnica especializada.
Esos son los elementos en que se debe afirmar la tan reclamada reactivación de nuestra minería, cosas prácticas y menos burocracia.
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