El ministro de Salud, Jaime Mañalich, explicó los pasos que se darán el día del rescate -previsto para inicios de noviembre- de los 33 trabajadores atrapados a 700 metros bajo tierra, que serán levantados, uno por uno, en una cápsula o jaula bautizada como "fénix".
"En primer lugar descenderán a la mina un mínimo de dos personas: un rescatista minero y un rescatista médico, que es un paramédico con alto nivel de entrenamiento en tareas de rescate", afirmó Mañalich en las afueras del yacimiento, tras sostener una reunión con el ministro de Minería, Laurence Golborne, y otras autoridades para afinar los detalles del operativo.
Los dos socorristas se encargarán de asistir a cada uno de los 33 mineros, cuyo proceso de salida durará cerca de una hora, durante al menos un día completo, según el ministro.
En una segunda fase, ya en la superficie, "van a haber rescatistas mineros, personal paramédico y un profesional médico que va a tomar contacto con el minero rescatado para administrar los primeros cuidados que la persona requiera en ese momento", detalló el ministro.
"Inmediatamente (el trabajador) será trasladado a evaluación y definición de riesgos y una vez evaluado será traslado a un recinto asistencial, donde pudiera recibir los primeros tratamientos como sueros y antibióticos", hasta su estabilización, agregó.
"Por último van a ser trasladados dentro el campamento a un recinto de observación, donde pudieran tener contacto con uno o dos familiares y culminar el proceso en el hospital de Copiapó", donde se realizarán evaluaciones médicas más completas, concluyó.
Las previsiones médicas que se adoptan es en la eventualidad que algunos mineros pudieran sufrir problemas físicos, por la exposición solar, infecciones por gérmenes y estrés postraumático inmediatamente después de su rescate, por el extenso período en que permanecieron en un ambiente de penumbras y sometidos a una alta humedad y calor.
"Pueden tener algunos problemas como la exposición a la luz solar intensísima, hay que proteger su vista, porque sino, pueden tener una parálisis ciliar que produzca un grave daño en la retina", afirmó el ministro.
También pueden padecer "problemas de infecciones de gérmenes que están en el ambiente", pese a que, tras ser hallados, los mineros fueron vacunados contra diferentes males, agregó.
Asimismo, mencionó "el estrés postraumático que puede durar varias semanas o meses", por lo que "después de esa situación (de encierro)" se debe proceder a su rehabilitación para que luego puedan llevar "una vida normal".
"Pueden sufrir descompensaciones, algunos de ellos de enfermedades crónicas", indicó el ministro de Salud, en referencia al minero José Ojeda, que padece de diabetes.
También indicó que "pueden tener problemas para mantener la presión arterial estable (y) pueden tener problemas de oxigenación".
Insistió, empero, que "todo está previsto y tratándose prospectivamente para que los riesgos se lleguen a lo mínimo".
Las tres perforadoras que excavan vías para rescatar a los mineros avanzan sin inconvenientes, informó por su parte el ministro Golborne. "Las máquinas están trabajando en forma normal. No hay inconvenientes", dijo.
La máquina del Plan B, la más avanzada, llevaba hasta el sábado 175 m en su segunda fase de perforación sobre un total de 630 metros, con un diámetro de unos 70 cm.
En tanto el tercer plan, a cargo de una sonda petrolera que perfora de una vez un ducto de unos 70 cm, lleva 62 metros sobre un total de 597 m, mientras que el primer operativo o Plan A, realizado por una Strata 950, alcanzó los 442 m en su primera pasada sobre un total de 702 m.
Esta máquina, al igual que la del Plan B, debe realizar dos pasadas por el ducto para alcanzar un diámetro final que permita la ajustada salida de los mineros, atrapados desde el 5 de agosto.
"La planificación es para tener rescate en primeros días de noviembre. En la medida en que saliera muy bien esto podría adelantarse; en la medida que hayan dificultades podría retrasarse", señaló.
AFP
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