Mientras los 33 mineros esperan la salvación de las entrañas de la montaña, en el desierto de Atacama, sus mujeres, reunidas en un campamento desplegado en la superficie, luchan por recibir compensaciones, informó ayer el diario británico The Daily Telegraph.
Se averiguó que al menos cinco hombres tenían amantes, cuya existencia era ignorada por sus esposas. En particular, Yonni Barrios Rojas figura entre quienes tendrán que responder a las preguntas poco agradables al salir a la superficie. Su cónyuge, Marta Salinas, de 56 años, se topó en el campamento con una de sus amantes que vino para rezar por él.
A otro minero, cuyo nombre no se da a conocer, lo disputan cuatro mujeres: su primera esposa, con la que el hombre no formalizó el divorcio; la segunda, una mujer con la que actualmente convive; la tercera con quien hace unos años tuvo un hijo y una más que asegura tener una relación amorosa con él actualmente.
Las autoridades están pensando en cómo encontrar salida de tal situación. Lo más probable es que deberán preguntar a los propios mineros a qué mujer confiar el recibo de las compensaciones, las que pueden alcanzar decenas de miles de dólares, da a conocer la agencia RIA Novosti.
“En la base del conflicto está la cuestión financiera, lamentablemente. Unos mineros tuvieron hijos con diferentes mujeres y todas pretenden recibir compensación”, comentó Marta Flores, trabajadora de la Cruz Roja.
“Las mujeres que aman de verdad a sus hombres se retiraron en silencio para no causar dolor a la familia, pero otras provocan conflictos. Al campamento llegaron psicólogos para ayudar a las esposas engañadas a afrontar la noticia de la traición del marido”, dijo.
Los psicólogos que se encargan de infundir ánimo a los mineros bajo tierra, les ocultan lo que está pasando en la superficie. Chequean las cartas que se les mandan para no aumentar la zozobra en ellos.
Actualmente, el contacto es a través de un canal de 15 centímetros de diámetro, por el que se les entrega comida, agua y medicamentos. Se estableció comunicación por video, teléfono y cartas. Las obras de perforación comenzaron el 30 de agosto. Se prevé abrir un orificio de 33 centímetros de diámetro, luego hacerlo dos veces más amplio para sacarlos a la superficie. La operación puede llevar de tres a cuatro meses.
Videoconferencia con familiares
Los mineros ayer pudieron comunicarse por un minuto con tres de sus parientes para establecer cada vez un contacto más directo entre los trabajadores y el exterior de la mina, informó La Tercera.
“Fue muy emocionante. La verdad es que daban ganas de sacarlo de la pantalla”, relató a TVN Antonia Godoy, madre del minero Richard Villarroel.
Los familiares quedaron felices de poder ver a sus seres queridos, con quienes sólo habían tenido conversaciones telefónicas. Jéssica Salgado, esposa del minero Álex Vega, de 31 años, no ocultó su emoción tras el breve encuentro: “Lo vi de muy buen semblante, afeitadito, no como la vez pasada”. Jéssica acudió a la cabina donde se realizó la videoconferencia acompañada de una de sus tres hijas. “La pequeña (6) habló con su papá y le dijo que lo quería”, añadió la mujer. Ariel Ticona, uno de los mineros que no ha querido salir en las imágenes, tampoco participó en la videoconferencia según sus familiares.
Los trabajadores también recibieron la visita de uruguayos que en 1972 sobrevivieron más de dos meses en los Andes e inspiraron el filme Viven.
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