El futuro de Oruro sin la minería es incierto y también su economía porque no habrán regalías para sostener el presupuesto de la Prefectura del Departamento y muchos proyectos podrían quedar paralizados, por la falta de una política de incentivo a la producción minera, destinada a reducir la pobreza y marginalidad en el país.
La preocupación fue expresada por el presidente de la Federación de Empresarios Privados de Oruro (FEPO), Luis Ramiro García, criterio que fue respaldado por su homólogo de la Cámara Departamental de Minería (Cademin), Gonzalo Quintela, coincidente en reclamar una actitud responsable de las autoridades departamentales y nacionales, respecto a la política de desarrollo minero en el país.
Quintela lamentó que en Bolivia los industriales mineros carezcan de apoyo gubernamental, creándose por el contrario un ambiente jurídico y social de incertidumbre al extremo que el subsector de los mineros chicos se reduce en número, quedando aquellos que todavía confían en el gobierno, esperando que evite el colapso dictando medidas urgentes para su reactivación.
El presidente de la FEPO afirmó que el pago de las regalías mineras se traduce en obras de desarrollo para nuestro departamento y el país, cuando esos recursos son bien administrados y ante la coyuntura que vivimos es difícil pensar que en los próximos años existan emprendimientos e inversiones, más aún por el constante avasallamiento de las propiedades mineras.
Dijo que hay sectores que están interesados en la desaparición de la minería privada e incluso la estatal, atacando constantemente a título de preservar el medio ambiente, sin tomar en cuenta que hay mayor contaminación en pleno centro de la ciudad, donde existen depósitos de desechos mineros, las emanaciones de gases del elevado parque automotor y hasta en el inadecuado manipuleo de los residuos, aspectos que deberían interesar a los ambientalistas para educar a la población sobre el correcto manejo de la basura, el cuidado y protección del medio ambiente.
García criticó que el gobierno no tenga una política de incentivo para la minería, con el propósito de atraer inversiones, otorgar seguridad jurídica y desarrollar verdaderos proyectos que generen fuentes de empleo y no sólo anuncios como el caso del Mutún, donde deberían haber sido contratados más de 300 desocupados de Oruro, quienes continúan esperando tener algún día una fuente laboral.
Si reactivamos y apoyamos a la minería chica habrá gran demanda de trabajadores y, ello permitirá mejorar la economía regional, al igual que si logramos inversiones podremos pensar en importantes ingresos para nuestra economía regional por el pago de regalías, porque lo contrario es pensar en la muerte y cierre definitivo de las empresas que todavía subsisten a pesar de la hostilidad, el amedrentamiento constante y los abusos que se comete en las comunidades, señaló el presidente de los empresarios.
Ratificando el deseo de continuar generando empleo para el sector minero, el presidente de Cademin manifestó que la minería chica se encuentra vigente y que sus integrantes no claudicarán en su propósito de hacer minería, aunque enfrentando las difíciles y riesgosas condiciones sociales imperantes en el país, donde la minería ha sido relegada a segundo plano por el hecho de ser una actividad privada en pequeña escala.
Agregó que la minería en países vecinos es apoyada, incentivada y goza de protección del Estado porque se considera importante y trascendental por la generación de empleo y recursos económicos para poder reducir los índices de pobreza y marginalidad.
La preocupación fue expresada por el presidente de la Federación de Empresarios Privados de Oruro (FEPO), Luis Ramiro García, criterio que fue respaldado por su homólogo de la Cámara Departamental de Minería (Cademin), Gonzalo Quintela, coincidente en reclamar una actitud responsable de las autoridades departamentales y nacionales, respecto a la política de desarrollo minero en el país.
Quintela lamentó que en Bolivia los industriales mineros carezcan de apoyo gubernamental, creándose por el contrario un ambiente jurídico y social de incertidumbre al extremo que el subsector de los mineros chicos se reduce en número, quedando aquellos que todavía confían en el gobierno, esperando que evite el colapso dictando medidas urgentes para su reactivación.
El presidente de la FEPO afirmó que el pago de las regalías mineras se traduce en obras de desarrollo para nuestro departamento y el país, cuando esos recursos son bien administrados y ante la coyuntura que vivimos es difícil pensar que en los próximos años existan emprendimientos e inversiones, más aún por el constante avasallamiento de las propiedades mineras.
Dijo que hay sectores que están interesados en la desaparición de la minería privada e incluso la estatal, atacando constantemente a título de preservar el medio ambiente, sin tomar en cuenta que hay mayor contaminación en pleno centro de la ciudad, donde existen depósitos de desechos mineros, las emanaciones de gases del elevado parque automotor y hasta en el inadecuado manipuleo de los residuos, aspectos que deberían interesar a los ambientalistas para educar a la población sobre el correcto manejo de la basura, el cuidado y protección del medio ambiente.
García criticó que el gobierno no tenga una política de incentivo para la minería, con el propósito de atraer inversiones, otorgar seguridad jurídica y desarrollar verdaderos proyectos que generen fuentes de empleo y no sólo anuncios como el caso del Mutún, donde deberían haber sido contratados más de 300 desocupados de Oruro, quienes continúan esperando tener algún día una fuente laboral.
Si reactivamos y apoyamos a la minería chica habrá gran demanda de trabajadores y, ello permitirá mejorar la economía regional, al igual que si logramos inversiones podremos pensar en importantes ingresos para nuestra economía regional por el pago de regalías, porque lo contrario es pensar en la muerte y cierre definitivo de las empresas que todavía subsisten a pesar de la hostilidad, el amedrentamiento constante y los abusos que se comete en las comunidades, señaló el presidente de los empresarios.
Ratificando el deseo de continuar generando empleo para el sector minero, el presidente de Cademin manifestó que la minería chica se encuentra vigente y que sus integrantes no claudicarán en su propósito de hacer minería, aunque enfrentando las difíciles y riesgosas condiciones sociales imperantes en el país, donde la minería ha sido relegada a segundo plano por el hecho de ser una actividad privada en pequeña escala.
Agregó que la minería en países vecinos es apoyada, incentivada y goza de protección del Estado porque se considera importante y trascendental por la generación de empleo y recursos económicos para poder reducir los índices de pobreza y marginalidad.
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