El Presidente Evo Morales, personalmente otorgó “todas las garantías correspondientes de parte del Gobierno y del Estado en temas de seguridad jurídica” a los ejecutivos de la importante empresa japonesa Sumitomo que está explotando San Cristóbal la mayor mina de plata del país. El Mandatario junto a otros funcionarios oficiales visitó la mina y comprobó en el terreno la importancia del emprendimiento extranjero cuya inversión hace posible pese a la crisis de precios una alta producción exportable.
En la ocasión el máximo ejecutivo de la Sumitomo en San Cristóbal, planteó al Presidente boliviano una cooperación directa del Gobierno para impulsar las tareas de explotación y la incorporación de mayor tecnología en la mina de plata que dijeron “puede convertirse en la número uno del mundo”.
Hay que recordar que el informe financiero de las operaciones de San Cristóbal en la gestión pasada 2008, significó un respaldo importante en el Producto Interno Bruto del país, en realidad un aporte que se sintió en el movimiento de las finanzas estatales, por su repercusión en el presupuesto de la Nación.
La japonesa Sumitomo está trabajando en Potosí desde que se inició el proyecto pero se hizo cargo de toda la inversión en noviembre del año pasado cuando decidió comprar a la Apex Silver el 65 por ciento de las acciones y tomar el control total de la poderosa mina de plata, antes ya tenía el 35% del capital en giro y en equipo, lo que le permitió ampliar su potestad en un proyecto que genera casi un millar de empleos directos y más de 2.500 de tipo indirecto en la Villa Imperial, 95 por ciento de ese personal es boliviano.
La promesa del Presidente de Bolivia, tiene repercusión en el ámbito minero del país, pues se trata de un compromiso indirecto a nivel nacional, para dar las suficientes garantías y seguridad a los inversionistas en minería. No se estableció cuál será la ayuda gubernamental que responda al pedido del ejecutivo de San Cristóbal Haruo Matsuzaki.
En la ocasión el máximo ejecutivo de la Sumitomo en San Cristóbal, planteó al Presidente boliviano una cooperación directa del Gobierno para impulsar las tareas de explotación y la incorporación de mayor tecnología en la mina de plata que dijeron “puede convertirse en la número uno del mundo”.
Hay que recordar que el informe financiero de las operaciones de San Cristóbal en la gestión pasada 2008, significó un respaldo importante en el Producto Interno Bruto del país, en realidad un aporte que se sintió en el movimiento de las finanzas estatales, por su repercusión en el presupuesto de la Nación.
La japonesa Sumitomo está trabajando en Potosí desde que se inició el proyecto pero se hizo cargo de toda la inversión en noviembre del año pasado cuando decidió comprar a la Apex Silver el 65 por ciento de las acciones y tomar el control total de la poderosa mina de plata, antes ya tenía el 35% del capital en giro y en equipo, lo que le permitió ampliar su potestad en un proyecto que genera casi un millar de empleos directos y más de 2.500 de tipo indirecto en la Villa Imperial, 95 por ciento de ese personal es boliviano.
La promesa del Presidente de Bolivia, tiene repercusión en el ámbito minero del país, pues se trata de un compromiso indirecto a nivel nacional, para dar las suficientes garantías y seguridad a los inversionistas en minería. No se estableció cuál será la ayuda gubernamental que responda al pedido del ejecutivo de San Cristóbal Haruo Matsuzaki.
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