El tema del uranio y su explotación en Bolivia dan cuenta de una serie de trabajos de investigación cumplidos hace años, propiamente desde 1970, cuando se trabajó en la Mina Cotaje en el distrito de Potosí.
El uranio, calificado como mineral estratégico, es utilizado como combustible para los reactores nucleares y para la fabricación de armas nucleares, este último uso ha motivado preocupación en el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel, existirían sospechas de que Bolivia y Venezuela estarían cooperando con uranio al programa nuclear iraní. Las autoridades del gobierno nacional se encargaron de negar que Bolivia estuviese produciendo uranio.
El tema del uranio es realmente interesante en el momento actual, se trata de otra fuente de explotación minera y de existir en las cantidades suficientes de exportación significaría colocar al país en un potencial proveedor de un mineral estratégico de alto costo con increíbles opciones económicas para la Nación.
Para conocer más detalles recuperamos una entrevista radiofónica realizada con el destacado geólogo René Cornejo, que hace conocer sus experiencias en torno a la exploración y tratamiento del uranio. Este profesional fue un alto funcionario de la Comisión Boliviana de Energía Nuclear. Su experiencia se remonta al año 1970 cuando se iniciaron trabajos de exploración de dicho mineral (uranio) en el cerro Cotaje del departamento de Potosí, donde luego de varios estudios y análisis se comprobó que en ese lugar existía un fuerte movimiento radioactivo.
El geólogo Cornejo recordó que varios expertos comprobaron, luego de minuciosos trabajos, que en Cotaje existía uranio. Los profesionales realizaron trabajos geológicos y minero – metalúrgicos, es así que en el año 1970 mediante trabajo técnico de una foto interpretación en fotos aéreas de escala 1 – 40.000, se marcan zonas que por su morfología y coloración de rocas indicaban sectores anómalos en el sentido mineralógico. Posteriormente se recomienda la exploración terrestre para ubicar dichas áreas con el fin de determinar la conveniencia o no de trabajos de prospección radiométrica, que en nuestro caso dieron resultados positivos al detectarse mediante aparatos portátiles la existencia de una alta radioactividad provocada por la emisión de rayos gama de minerales radioactivos cuyos valores indicaban la existencia de concentraciones de minerales como el uranio.
La torta amarilla
El mismo profesional, señala que posteriormente en los años 1973 y 74 se inician trabajos mineros subterráneos en el cerro Cotaje. Posteriormente en el detalle de René Cornejo, en los años 1981 y 82 se inició el proceso de la metalurgia del uranio, con extracciones en el mismo sitio para concluir una etapa de lixiviación a través del ácido sulfúrico y de ese modo obtener el “yellow cake” o torta amarilla.
Cornejo refiere que en el proceso de metalurgia intervino gente especializada pero boliviana que recomendó la aplicación del sistema de lixiviación que consiste en la acumulación de todo el material extraído de la mina Cotaje y se lixivien o lo que es lo mismo se laven mediante el uso de ácido sulfúrico y pasen luego a un proceso de concentración que ha significado un largo proceso de investigación y de mucho esfuerzo, a nivel de laboratorio primero, y luego a una planta semindustrial donde se obtiene por el proceso metalúrgico el producto deseado que es concentrado de uranio que pasan a otra fase de tratamiento hasta lograr el “yellow cake” que es la torta amarilla, como se conoce al producto radioactivo.
Varias instituciones tuvieron que ver con el proceso de exploración y producción de uranio de acuerdo al detalle ofrecido por el geólogo René Cornejo, quien comenta que en 1983 la Comisión Boliviana de Energía Nuclear pasó a depender del Servicio Geológico de Bolivia que sólo confirma los trabajos de explotación de uranio, lo que significa que Bolivia, tenía reservas de torta amarilla que pudo haber sido comercializada a otros países.
El geólogo boliviano confirma que tras la llegada de expertos en energía nuclear se determino la extinción de la Comisión de Energía Nuclear que con toda su infraestructura sirve a los nuevos fines del Servicio Geológico que se beneficia con infraestructura, instrumentos e inclusive el material humano que formaba parte de minería y geología, pasó a Geobol mientras que la parte de metalurgia se transfirió con toda su implementación al Instituto Minero Metalúrgico con sede en Oruro.
Donde quedó la torta?
René Cornejo recuerda que al dejar la institución en la que trabajó hasta 1982, puede asegurar que se obtuvo “yellow cake” en una cantidad aproximada entre 56 a 57 kilos, producto con característica comercial, lista para su venta, pues en Bolivia no se podía usar ese material para mayor refinación, dadas las condiciones tecnológicas que sólo tienen países muy adelantados en el manejo final del uranio enriquecido.
Por la explicación del geólogo Cornejo se deduce que los 57 kilos de la torta amarilla que se logró en nuestro país, pasó de la Comisión de Energía Nuclear al Servicio Geológico de Bolivia o al Instituto Minero Metalúrgico de Oruro, instituciones que también de-saparecieron sin que nadie sepa donde quedó la torta amarilla.
Este es un asunto que obliga a una minuciosa investigación, considerando que se hicieron trabajos de explotación, refinación y tratamiento metalúrgico hasta obtener más de cincuenta kilos de concentrado de uranio, lo que demuestra que por lo menos en la zona occidental del país, caso Cotaje y también entre Huari y Sevaruyo en Oruro existen minas de uranio.
Lo último, es saber donde quedó la torta amarilla, si fue servida en tajadas o talvez está bajo custodia especial, de todos modos, por lo que se explica a nosotros no nos sirve de nada, pero fuera su valor y su importancia tienen características muy especiales. (Agencia Uru)
El uranio, calificado como mineral estratégico, es utilizado como combustible para los reactores nucleares y para la fabricación de armas nucleares, este último uso ha motivado preocupación en el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel, existirían sospechas de que Bolivia y Venezuela estarían cooperando con uranio al programa nuclear iraní. Las autoridades del gobierno nacional se encargaron de negar que Bolivia estuviese produciendo uranio.
El tema del uranio es realmente interesante en el momento actual, se trata de otra fuente de explotación minera y de existir en las cantidades suficientes de exportación significaría colocar al país en un potencial proveedor de un mineral estratégico de alto costo con increíbles opciones económicas para la Nación.
Para conocer más detalles recuperamos una entrevista radiofónica realizada con el destacado geólogo René Cornejo, que hace conocer sus experiencias en torno a la exploración y tratamiento del uranio. Este profesional fue un alto funcionario de la Comisión Boliviana de Energía Nuclear. Su experiencia se remonta al año 1970 cuando se iniciaron trabajos de exploración de dicho mineral (uranio) en el cerro Cotaje del departamento de Potosí, donde luego de varios estudios y análisis se comprobó que en ese lugar existía un fuerte movimiento radioactivo.
El geólogo Cornejo recordó que varios expertos comprobaron, luego de minuciosos trabajos, que en Cotaje existía uranio. Los profesionales realizaron trabajos geológicos y minero – metalúrgicos, es así que en el año 1970 mediante trabajo técnico de una foto interpretación en fotos aéreas de escala 1 – 40.000, se marcan zonas que por su morfología y coloración de rocas indicaban sectores anómalos en el sentido mineralógico. Posteriormente se recomienda la exploración terrestre para ubicar dichas áreas con el fin de determinar la conveniencia o no de trabajos de prospección radiométrica, que en nuestro caso dieron resultados positivos al detectarse mediante aparatos portátiles la existencia de una alta radioactividad provocada por la emisión de rayos gama de minerales radioactivos cuyos valores indicaban la existencia de concentraciones de minerales como el uranio.
La torta amarilla
El mismo profesional, señala que posteriormente en los años 1973 y 74 se inician trabajos mineros subterráneos en el cerro Cotaje. Posteriormente en el detalle de René Cornejo, en los años 1981 y 82 se inició el proceso de la metalurgia del uranio, con extracciones en el mismo sitio para concluir una etapa de lixiviación a través del ácido sulfúrico y de ese modo obtener el “yellow cake” o torta amarilla.
Cornejo refiere que en el proceso de metalurgia intervino gente especializada pero boliviana que recomendó la aplicación del sistema de lixiviación que consiste en la acumulación de todo el material extraído de la mina Cotaje y se lixivien o lo que es lo mismo se laven mediante el uso de ácido sulfúrico y pasen luego a un proceso de concentración que ha significado un largo proceso de investigación y de mucho esfuerzo, a nivel de laboratorio primero, y luego a una planta semindustrial donde se obtiene por el proceso metalúrgico el producto deseado que es concentrado de uranio que pasan a otra fase de tratamiento hasta lograr el “yellow cake” que es la torta amarilla, como se conoce al producto radioactivo.
Varias instituciones tuvieron que ver con el proceso de exploración y producción de uranio de acuerdo al detalle ofrecido por el geólogo René Cornejo, quien comenta que en 1983 la Comisión Boliviana de Energía Nuclear pasó a depender del Servicio Geológico de Bolivia que sólo confirma los trabajos de explotación de uranio, lo que significa que Bolivia, tenía reservas de torta amarilla que pudo haber sido comercializada a otros países.
El geólogo boliviano confirma que tras la llegada de expertos en energía nuclear se determino la extinción de la Comisión de Energía Nuclear que con toda su infraestructura sirve a los nuevos fines del Servicio Geológico que se beneficia con infraestructura, instrumentos e inclusive el material humano que formaba parte de minería y geología, pasó a Geobol mientras que la parte de metalurgia se transfirió con toda su implementación al Instituto Minero Metalúrgico con sede en Oruro.
Donde quedó la torta?
René Cornejo recuerda que al dejar la institución en la que trabajó hasta 1982, puede asegurar que se obtuvo “yellow cake” en una cantidad aproximada entre 56 a 57 kilos, producto con característica comercial, lista para su venta, pues en Bolivia no se podía usar ese material para mayor refinación, dadas las condiciones tecnológicas que sólo tienen países muy adelantados en el manejo final del uranio enriquecido.
Por la explicación del geólogo Cornejo se deduce que los 57 kilos de la torta amarilla que se logró en nuestro país, pasó de la Comisión de Energía Nuclear al Servicio Geológico de Bolivia o al Instituto Minero Metalúrgico de Oruro, instituciones que también de-saparecieron sin que nadie sepa donde quedó la torta amarilla.
Este es un asunto que obliga a una minuciosa investigación, considerando que se hicieron trabajos de explotación, refinación y tratamiento metalúrgico hasta obtener más de cincuenta kilos de concentrado de uranio, lo que demuestra que por lo menos en la zona occidental del país, caso Cotaje y también entre Huari y Sevaruyo en Oruro existen minas de uranio.
Lo último, es saber donde quedó la torta amarilla, si fue servida en tajadas o talvez está bajo custodia especial, de todos modos, por lo que se explica a nosotros no nos sirve de nada, pero fuera su valor y su importancia tienen características muy especiales. (Agencia Uru)
No hay comentarios:
Publicar un comentario