Según una versión oficial que surgió en la Dirección Nacional de Minería se establece que “los descubrimientos que se realicen en torno a las salmueras del Salar de Uyuni, llevarán patente boliviana aún cuando los hallazgos se produzcan en laboratorios extranjeros”, de ese modo se menciona que en adelante se dispondrán de mecanismos para efectivizar ese criterio.
De momento se ha desmentido una versión periodística japonesa sobre un acuerdo inicial entre el Gobierno de Bolivia y una de las empresas niponas que están interesadas en la explotación del litio boliviano. Personeros del Ministerio boliviano de minería dejaron entrever que la proponente francesa Bolloré es la que más se aproxima a la expectativa de explotación e industrialización del producto de las salmueras de Uyuni y Coipasa, con lo que se da por oficial el informe sobre la inexistencia de acuerdos preliminares.
Se establece un cronograma de actividades que señala justamente el inicio de la producción de carbonato de litio para comienzos del próximo año con una capacidad de 40 toneladas mensuales de ese material. Se deja para el 2011 la elaboración del diseño de la planta industrial para la producción masiva de carbonato de litio, proceso “experimental” que abarcará hasta el 2014, esperándose que hasta entonces de defina la participación de alguna empresa internacional que dadas las condiciones expuestas podría participar tan sólo en la fase de la industrialización de la importante materia prima para fabricar las baterías de litio.
La posición gubernamental está muy clara al señalar que no hay acuerdos para que algún inversionista extranjero apunte ya a la explotación del litio en las ricas salmueras de Uyuni y Coipasa, por tanto será el Estado Boliviano que financie la primera etapa de construcción y habilitación de una planta piloto para intentar la producción de carbonato de litio.
Si pensamos en lo que significa una inversión para extraer, procesar y luego industrializar el litio boliviano tendremos que convenir en que se trata de muchos millones de dólares, que no entendemos dónde podrá obtenerlos nuestro gobierno si de veras quiere acometer el proyecto por cuenta propia.
De momento se ha desmentido una versión periodística japonesa sobre un acuerdo inicial entre el Gobierno de Bolivia y una de las empresas niponas que están interesadas en la explotación del litio boliviano. Personeros del Ministerio boliviano de minería dejaron entrever que la proponente francesa Bolloré es la que más se aproxima a la expectativa de explotación e industrialización del producto de las salmueras de Uyuni y Coipasa, con lo que se da por oficial el informe sobre la inexistencia de acuerdos preliminares.
Se establece un cronograma de actividades que señala justamente el inicio de la producción de carbonato de litio para comienzos del próximo año con una capacidad de 40 toneladas mensuales de ese material. Se deja para el 2011 la elaboración del diseño de la planta industrial para la producción masiva de carbonato de litio, proceso “experimental” que abarcará hasta el 2014, esperándose que hasta entonces de defina la participación de alguna empresa internacional que dadas las condiciones expuestas podría participar tan sólo en la fase de la industrialización de la importante materia prima para fabricar las baterías de litio.
La posición gubernamental está muy clara al señalar que no hay acuerdos para que algún inversionista extranjero apunte ya a la explotación del litio en las ricas salmueras de Uyuni y Coipasa, por tanto será el Estado Boliviano que financie la primera etapa de construcción y habilitación de una planta piloto para intentar la producción de carbonato de litio.
Si pensamos en lo que significa una inversión para extraer, procesar y luego industrializar el litio boliviano tendremos que convenir en que se trata de muchos millones de dólares, que no entendemos dónde podrá obtenerlos nuestro gobierno si de veras quiere acometer el proyecto por cuenta propia.
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