viernes, 3 de julio de 2015

Cooperativas mineras ante el reto de formalizar su situación tributaria

Las cooperativas mineras que funcionan en el país han ocupado mucho espacio en los medios periodísticos nacionales durante los últimos días, debido a variadas situaciones que se han presentado al interior de las mismas y además en sus relaciones externas y las que corresponden al cumplimiento de ciertas normas para ejercer de manera formal y legal sus futuras actividades.

Pese a una serie de beneficios directos que ha dispuesto el Gobierno a favor de las cooperativas mineras, el sector sigue manteniendo la idea de obtener mayores logros económicos con el pretexto de sostener la crisis productiva creada por las bajas cotizaciones de minerales, para lo que plantean un "plan de contingencia" que consistiría en disponer de una inyección económica para el sector a través del Fondo de Financiamiento para la Minería (Fofim), además de una subvención al precio de los minerales mediante el acopio de concentrados que efectúen las dos metalúrgicas, la de Vinto en Oruro y la de Karachipampa en Potosí. La propuesta consiste en que las cooperativas venden su material y reciben un pago por encima del vigente a nivel internacional, la diferencia es el beneficio sectorial, pero al mismo tiempo una perjudicial presión sobre la economía de las metalúrgicas.

Dirigentes de la Federación de Cooperativas Mineras de Bolivia (Fencomin) esperan una respuesta del Gobierno y anuncian medidas de presión si no se los atiende positivamente. Incluso amenazan con movilizaciones a la llegada del Papa Francisco a La Paz.

Formalización tributaria

Las cooperativas mineras en el país, de acuerdo a un detalle del Ministerio de Minería y Metalurgia (MMM), pasan de las 1.700 organizadas aunque no todas trabajando, algunas han paralizado labores temporalmente por el bajo precio de los minerales, otras están en tareas de adecuación legal, varias se preparan para tareas productivas, pero lo evidente es que sólo un 20 por ciento de estas agrupaciones cumple con una tributación más o menos regular, eso significa que de más de 1.700 cooperativas apenas 340 están pagando impuestos.

Este hecho, que se da desde hace mucho tiempo, llama la atención del organismo cooperativo donde están las de ahorro y crédito, las de consumo y otras de servicios y vivienda, que registradas legalmente poseen Número de Identificación Tributaria (NIT) y pagan los impuestos de ley, bajo una regulación especial que tiene que ver con su condición de empresas que no generan utilidades de lucro, el hecho de tener un registro tributario les habilita empero a recurrir a financiamiento de orden externo para fortalecer sus operaciones.

Parece que se sumarán a esa línea de legalidad las cooperativas mineras que han estado beneficiadas con la supresión del Impuesto al Valor Agregado (IVA) que es importante para el funcionamiento de negocios formales, que además manejan las notas fiscales (facturas).

En el MMM se explicó que "del total de cooperativas existentes en el país un 95 % de estas no son exportadoras de minerales, sino productoras de concentrados que son vendidos a las comercializadoras o directamente a algunos ingenios, estos últimos exigen como requisito para la compra de mineral que el vendedor (una cooperativa) tenga el NIM, que es el Número de Identificación Minera, que no pueden tener todas, pues el otro requisito para tener ese registro es tener antes el NIT, que en realidad formaliza la situación tributaria como empresa legal.

Por lo que se conoce las cooperativas pagan actualmente el 1 % a la Comibol como canon de arrendamiento de las áreas que utilizan en sus operaciones de explotación minera, aparte pagan regalías mineras en los departamentos y comunidades donde efectúan la explotación de minerales, en iguales condiciones a las que cumplen la minería privada y la estatal.

Dirigentes de la Fencomin han reconocido que fue "un error el haber tramitado una ley para tener tasa cero en el pago del IVA, lo que perjudicó que las cooperativas puedan acceder a financiamientos bancarios o del Fofin, instituciones que exigen el NIT, para formalizar operaciones crediticias", hecho que está ratificado incluso en la nueva Ley de Minería, por lo mismo que el sector de los "cuentapropistas" ha decidido formalizar sus operaciones, solicitando la liquidación de la Ley 186, luego obtener su NIT con lo que también tendrán el NIM y de eso modo estarán en condiciones de operar en la formalidad empresarial de orden cooperativo.

Otro hecho importante es la advertencia del MMM, señalando que las cooperativas que no obtengan el NIT, no podrán renovar sus contratos con la Comibol para la obtención de nuevas áreas de trabajo.

Conflictos en cooperativas

Algo que preocupa en estos días son algunas amenazas de sectores de orden especial, como los cooperativistas mineros y por otro lado los chóferes que anunciaron movilizaciones justamente a la llegada de Papa Francisco, como una forma de presionar al Gobierno en la atención de sus planteamientos.

A propósito del delicado tema, las autoridades superiores solicitaron a los sectores en conflicto deponer actitudes hostiles, precisamente en la ocasión tan esperada como es la visita del Papa.

El Ministro de Minería, señaló a los cooperativistas que "no confundan las demandas con caprichos", aclarando que un 95 por ciento de su pliego petitorio ha sido atendido satisfactoriamente quedando sólo pendiente el caso de Colquiri que seguirá en tratamiento de partes. El ministro César Navarro aclaró que en el caso de ese importante distrito se han hecho varias propuestas alternativas y si la respuesta fuese negativa, "cuidado que los mismos (cooperativistas) queden aislados por sus propias decisiones", apuntó la autoridad.

Con esos antecedentes, el problema del sector cooperativo minero está en punto especial, por un lado puede dirigirse hacia la formalidad institucional y tributaria, mientras que por el otro queda pendiente una reflexión muy clara que deben asumir los protagonistas del sistema, para no caer en presiones indebidas frente a situaciones que no pueden vulnerarse, como una subvención al precio de los minerales.

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