sábado, 23 de septiembre de 2017

Indefinición sobre Comibol


Como van las cosas y desde hace meses atrás, para no contar todo el tiempo que se espera para reestructurar la Comibol, que son años, lo prudente sería ejecutar planes de acción, tomando en cuenta que los trabajadores mineros asalariados ya se pronunciaron en más de una oportunidad, sobre el "asunto Comibol". Un pedido de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (Fstmb), a poco de decretarse el bajón de los precios internacionales de minerales, fue justamente plantear al Gobierno la "reestructuración" de la estatal minera, para que asuma en adelante la responsabilidad de manejar la política minera nacional, empezando por enfrentar la crisis de precios y la necesidad de contar con recursos de apoyo para sortear el periodo de crisis.

Las autoridades de la minería nacional tuvieron que sortear ciertas dificultades para "socorrer" a sectores de la minería en crisis, el caso de Huanuni fue uno de los más complejos, debido a la fuerte carga social de esa empresa y las pérdidas que registró en el tiempo de las "vacas flacas", debido a que en el periodo anterior que se marcó como bonancible, ningún ejecutivo del ministerio ni de la Comibol, tuvieron la previsión de generar ahorros para crear un fondo de contingencia en tiempos de crisis.

Por lo mismo los mineros asalariados, plantearon claramente la "reestructuración" de la Comibol, lo que significaba un cambio total de su estructura burocrática y la necesidad de convertirla en un ente técnico administrativo, que deje de cuidar los contratos y defina las políticas de la minería y metalurgia del país.

Algo sucedió de por medio en los niveles superiores de la cartera de minería y naturalmente al interior del directorio de la estatal minera, surgiendo la idea de "refundar" Comibol, que obligadamente transformaría su "razón social", lo que en términos muy concretos fue rechazado por la Fstmb y por otros sectores afines a la actividad minera, que consideran aún la urgencia de reestructurar Comibol, en base a la conformación de un buen equipo profesional del ramo que se ocupe de establecer la estructura dinámica de una empresa productora, rentable y sobre todo responsable de la actividad minera y metalúrgica del país, definiendo metas a corto y mediano plazo, sin alargar su tratamiento, dadas las actuales condiciones de una abierta competencia de inversiones y tecnología que se desarrolla con inusitada rapidez en los países vecinos.

Desde la actual Comibol, se muestra que de momento habrá una pausa en las críticas del ministro del ramo a la ausencia de propuestas del sector minero asalariado, para llevar adelante la refundación de Comibol, cuando bastaría para revisar documentos de la Fstmb, en los que definen su posición y plantean con mucho acierto la reestructuración de la Comibol, como la mejor alternativa para dotarle a la minería del instrumento que necesita para su reactivación, evitando de ese modo una etapa burocrática, llena de trámites insulsos para cambiarle nombre y mantenerla sin visión y producción efectiva. Basta de indefinición en el caso Comibol.

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