Un equipo de especialistas italianos evaluó las obras de construcción de la planta metalúrgica de Karachipampa y descubrió errores de diseño y construcción en el llamado "horno Kivcet".
Los expertos evidenciaron que el horno no corresponde completamente al concepto de fundición Kipcet, lo que impide un trabajo normal y continuado de las operaciones.
Un error fundamental sería el uso de cerámica refractaria en lugar de bloques de cobre, lo que podría significar que alguien tomó la decisión de abaratar los costos de la fundición, sin tomar en cuenta las dificultades que se tendrían a futuro.
NUEVO HORNO
Desde la gerencia de la Empresa Metalurgica Karachipampa se hizo conocer que la sugerencia de los especialistas es la construcción de un nuevo horno con la finalidad de garantizar la continuidad de las operaciones y evitar más siniestros como los que se peresentaron en dos oportunidades.
El gerente general de Karachipampa, Miguel Orellana, anunció que se está viendo la posibilidad de la construcción de un nuevo horno para la planta de fundición de plomo-plata.
El secretario general del Sindicato de Trabajadores de Karachipampa, Orlando Ávila Ortuño, anunció que exigirán una investigación minuciosa para determinar las responsabilidades sobre la manera de construcción del horno.
Destacó que con el esfuerzo de los trabajadores se hizo funcionar la planta y pese a los accidentes ocurridos en el horno nunca pararon las labores porque se continuó en la parte de refinación de los minerales.
Invirtieron 200 millones de dólares
En 1979 iniciaron los trabajos de montaje de la planta de Karachipampa y su entrega se concretó la gestión 1984.
No entró en funcionamiento por falta de producción de concentrados de plomo y tuvo un costo de 200 millones de dólares.
Fue diseñada y construida por la alemana Klöckner, basados en la tecnología rusa Kivcet.
Su capacidad de producción es de 51.000 toneladas de plomo y plata al año, por tanto la planta requiere de 51.000 toneladas métricas anuales de concentrados de esos minerales.
En 2010, por iniciativa del gobierno de Evo Morales, Karachipampa pasó a la administración estatal, a través del Ministerio de Minería y de la Comibol.
El horno Kivcet de la planta metalúrgica fue encendido por primera vez el 2 de enero de 2013.
Unos días después, la fundidora dejó de operar por una falla en el turboexpansor.
La Empresa Metalúrgica Karachipampa inició operaciones en septiembre de 2014, luego de 30 años de estar paralizada.
El viernes 3 de octubre de 2014 se produjo una explosión en el horno debido a la fuga de plomo de un sifón.
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