Cuatro años han transcurrido desde que se lanzó una primera licitación para la construcción de dos plantas de zinc, una para Oruro y la otra que funcionará en Potosí, disponiéndose para el proyecto la suma de 500 millones de dólares. La construcción de estas plantas significa la creación de fuentes de empleo y abre una posibilidad más para que el país obtenga ganancias adicionales por el tratamiento del zinc y de otros minerales que benefician a fundiciones extranjeras.
De acuerdo a la licitación en cuestión, se estableció que las empresas oferentes deberán adjudicarse la obra bajo la modalidad "llave en mano" debiendo además establecer los lugares más adecuados para la instalación de las plantas.
El proyecto –por así decirlo– comenzó a moverse entre septiembre y noviembre del 2010, de modo que desde entonces se habló de las dos plantas de zinc. La que corresponde a Oruro, con cifradas esperanzas en ese programa ha pasado por la triste espera de la aprobación del contrato pertinente, realizado en la gestión 2010, cuando el Gobierno formula una invitación directa a la empresa china, Henan Yuguang International Economic Technical Cooperation Corp. Ltd., de acuerdo a un contrato que se suscribió entre autoridades de los gobiernos de China y Bolivia, que sin embargo no funcionó como se preveía.
En una instancia se determina que la señalada empresa china se adjudique la obra por el valor de 500 millones de dólares, empero se deja sin efecto una resolución administrativa de adjudicación argumentando como causal la falta de presentación de documentación respaldatoria así como la presentación de una boleta de garantía de cumplimiento del contrato.
Los ejecutivos chinos aseguran que se encontraban en fase de preparación de documentación complementaria y en el ínterin la empresa estatal asiática pagó la suma de setenta mil dólares americanos en calidad de garantía, suma que no ha sido devuelta, pese a los entreveros que se han producido en la ejecución del contrato que finalmente no está siendo ejecutado con los perjuicios implícitos para los distritos de Oruro y Potosí.
Como se puede observar, se han producido algunos desfases en el cumplimiento del contrato, utilizándose una resolución que no se ajusta a las condiciones de la característica de contratación directa que es aplicable al Art. 90 del D.S. 0181 en cuanto se refiere a que no "procederá recurso administrativo de impugnación alguna…", con lo que los ejecutivos asiáticos reclaman los derechos que adquirieron al ser invitados de manera directa para desarrollar el proyecto de instalación de las plantas de zinc en Oruro y Potosí. Cuatro años, entre una serie de "recovecos jurídicos", algo parecido a lo que sucedió con la Jindal, aunque con la diferencia de que recién al comienzo del presente mes se informa que "en el pleno de la Cámara de Senadores se aprobó un proyecto de ley que declara prioritaria la instalación de refinerías de zinc en los departamentos de Oruro y Potosí, de acuerdo a normas establecidas.
Días después el 19 del mes en curso se anuncia que la Cámara de Diputados aprobó el proyecto de ley 064 que declara de prioridad y de necesidad nacional la instalación y construcción de dos refinerías de zinc, en los departamentos de Oruro y Potosí, existiendo un plazo máximo de 30 días para su promulgación.
Por las referencias, parlamentarios de Oruro se arrogan la responsabilidad en la gestión para la aprobación del proyecto de ley, cuyo cumplimiento demorará un periodo todavía largo para entrar en fase de ejecución. Estos representantes locales fenecen en sus funciones el mes de enero 2015 y más allá de los discursos de justificación, no se encuentra una que explique la demora de cuatro años en aprobar una ley que realmente es de beneficio colectivo para el país.
Se lamenta que la brigada parlamentaria orureña hubiese logrado que se aprueben solo dos leyes, en una gestión de cinco años y que la más importante todavía deba recorrer un tortuoso camino administrativo antes de promulgarse. Las plantas de zinc estarán habilitadas posiblemente el 2018. Una lamentable pérdida de tiempo no recuperable y altamente perjudicial.
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