Una alta funcionaria del Fondo Monetario Internacional (FMI) que visitó el país para sostener reuniones bilaterales con varias divisiones del Órgano Ejecutivo, recibió también una explicación particular sobre la proyección minera de nuestro país hacia el 2025.
El interés de la representante del FMI era conocer información económica y financiera de nuestro país y en ese contexto, los rubros considerados muy importantes corresponden a la explotación de los recursos naturales no renovables, el caso de los hidrocarburos y especialmente el gas, por un lado y por otro los minerales.
Según el Ministro de Minería, la política minera boliviana se sustenta en los pilares de exploración, que determina los futuros yacimientos que se van a explotar, luego se trabajará en el pilar de producción, dirigido a ampliar la capacidad productiva, finalmente se mejorará el sistema de comercialización para la exportación de nuestros minerales con efectivos controles en frontera, con la participación de los representantes departamentales y municipales.
En realidad la exposición seguramente interesó a algunos de los miembros de la misión del FMI, pues para los entendidos en el rubro no hay novedad en la perspectiva minera mientras no se elabore una política de minería moderna, agresiva y competitiva, sabiendo que los países vecinos, que también visitará la misión del FMI, mostrarán iniciativas prácticas, sistemas tributarios que permitan interesar a inversores nacionales y extranjeros, pero sobre todo lo que debe plantearse como meta de una reactivación minera es la seguridad que se otorgue en función de garantías para captar recursos y no ahuyentarlos, además de claras reglas de juego para la ejecución de proyectos que coloquen a la minería en el sitial que debe estar como parte importante en la generación de divisas para el Erario Nacional, pero sobre todo para las regiones donde se de-
sarrollen emprendimientos mineros.
El titular de Minería, hizo historia al recordar que durante un periodo de gobiernos neoliberales se abandonó a la minería, resaltando que a partir del 2006, en la gestión del actual Mandatario, se introduce una alianza entre los sectores, público, privado y cooperativista en la que el Estado boliviano retomó el control estratégico de los recursos naturales.
Para el recuento de las alternativas en materia minera, en los años del mandato vigente la minería no remontó como se anunció, en los últimos tres años se trabajó una ley de minería que ha sido recientemente promulgada y sin embargo todavía no es el instrumento idóneo para que repunte el sector minero y se diversifique hacia un pronto proceso de industrialización.
Si hay algo rescatable en el informe a la autoridad del FMI, es que "en el marco de la futura Ley de Minería y Metalurgia en Bolivia se garantiza la seguridad jurídica de las empresas y la estabilidad política y social incentivan a la inversión extranjera en el país", según aseguró el ministro de Minería y Metalurgia, César Navarro.
En realidad estos últimos elementos, seguridad jurídica y estabilidad política y social en el país son signos positivos y sólidos pilares que en este caso, permitirán cumplir los objetivos de impulsar la minería hacia metas de alta producción.
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