Los procesos económicos que se presentan en las gigantes industrias de Norteamérica y la China tienen su efecto en los sistemas económicos de países productores como el nuestro que debe estar sujeto al vaivén que marca el factor competitivo de los compradores mayoristas que no se interesan en las condiciones adversas que generan con sus frías operaciones productivas.
De acuerdo a un informe de personeros del Ministerio de Minería y Metalurgia (MMM), este proceso que marca un declive en las exportaciones de nuestros minerales tiene data hace más un año, con leves movimientos de bajada pero de manera constante. Un registro del primer semestre del año en curso señala que las exportaciones de minerales en general sumaron 1.648 millones de dólares, un 2 % menos que los $us 1.682 millones del año anterior en igual periodo.
Los expertos en la materia sostienen que van cambiado las formas de comercio en los mercados externos, tomando como ejemplo el caso de EE.UU. que antes de ahora significaba hasta un 90 % de compras de nuestros minerales, en cambio al presente y al haberse diversificado el interés por nuestras materias primas en otros mercados de Asia y Europa, esa demanda disminuyó al 25 %.
El hecho contundente es que al disminuir la demanda de commodities en China y en Estados Unidos, nuestras exportaciones registran un bajón lamentable aunque posible de compensar con la venta de mayores volúmenes de minerales en otros centros internacionales de acopio, aunque no se especifica exactamente cuáles son esos mercados privilegiados.
MINERALES EN BAJADA
De acuerdo al boletín estadístico del MMM bajaron las exportaciones de oro en una proporción del 25 %, las ventas del metal precioso se contrajeron de 57 a 42 millones de dólares, cifra significativa en el último tiempo, en tanto que los otros minerales afectados con el descenso en las exportaciones fueron el estaño en un 2,8 %, el plomo en 1,5 %; la plata también en 1,5 %: el antimonio bajó en 17,4 % y el cobre en 7,2 %. El informe aclara que también la venta de "desperdicios y amalgamas" bajó en 5 % en el semestre, después que el 2012 superó el porcentaje de venta del metal fino.
Se registró un parcial incremento en la comercialización externa del zinc en proporción del 4 %, en tanto que el wólfram llegó hasta 29,5 %, el antimonio hasta 13,8 % y la ulexita trepó en 48,6 %.
La perspectiva de precios en el mercado de minerales podría tender a una relativa variación gracias a las condiciones de estabilización en los ajetreos financieros de los países capitalistas, donde la fuerza de la competencia en los sectores productivos inciden poderosamente en las operaciones de compra de materias primas y la venta de mercadería producida en gran escala.
AÑADIR VALOR AGREGADO
La minería empero, por lo menos en nuestro país, no puede detenerse y debe enfrentar el reto de una mayor producción de modo que se pueda compensar los vaivenes en las pizarras de los mercados externos pero pensando seriamente en la necesidad de industrializar la materia prima mineral del país.
Lo que se menciona en todos los niveles vinculados con la minería es justamente la necesidad de encarar un proceso de industrialización de nuestros minerales, por supuesto que se trata de un macroproyecto que implica varias y obligadas etapas, que deben ser vencidas paulatinamente, pero respaldadas con políticas muy precisas que deberían estar incluidas en la nueva ley minera.
De momento sólo se procesa el estaño en la metalúrgica de Vinto, su producción podría aumentar sustancialmente una vez que se ponga en marcha el horno Ausmelt, cuya instalación está demorando mucho más del tiempo previsto. Sin embargo no será una solución completa si antes no se definen nuevas políticas para incentivar la producción de mayores concentrados en las minas de Comibol, especialmente Huanuni donde se instalará un nuevo ingenio que aumentará la producción de estaño, además de la que puedan producir los mineros privados y los cooperativistas.
El siguiente paso en la industrialización minera tiene que ser Karachipampa, el elefante blanco que sigue ocasionando gastos y todavía no marcha, pero que más tarde o más temprano debe cumplir esa meta de convertir en lingotes otros minerales del país.
En la misma línea de industrializar nuestras materias primas van en procesos casi paralelos, la explotación de hierro en el Mutún, donde ya debía estar en proceso de instalación una siderúrgica para la producción de acero. El proyecto de detuvo y seguimos en la tarea original de sólo obtener hierro para exportarlo a los países con avanzada siderurgia. Hay que revertir el asunto y establecer las mejores condiciones para captar inversiones y tecnología apropiada para desarrollar la industria del acero.
Y finalmente, aunque con plantas "piloto", sin un perfil a diseño final como lo han señalado algunos entendidos en la materia, avanza el otro proyecto, el más grande en la historia nacional que tiene que ver con la explotación del litio, en nuestro reservorio considerado entre los más grandes del mundo. La parte final de este emprendimiento será la industrialización del recurso evaporítico de nuestros salares para convertirlo en baterías de ion litio para cubrir la demanda internacional que se asegura crecerá en los próximos años.
SE REQUIEREN NUEVOS YACIMIENTOS MINEROS
Son requeridos nuevos yacimientos mineros, cierto, pero lo que se necesita primero es una adecuada política minera que defina la estrategia para encarar una nueva política sectorial, con las respectivas garantías y seguridades que exigen los inversionistas, una línea de incentivos en nuevos prospectos mineros y metalúrgicos, permitiéndonos captar tecnología de punta y la experiencia de grandes prospectos de la minería internacional.
Lo primero es lo primero, así se plantean las cuestiones de orden tecnológico y financiero, sino no marchan, por tanto para desarrollar la tan mentada reactivación de la minería boliviana lo que hace falta es asegurar inversiones para el proceso de prospección y exploración de nuevos yacimientos. Los actuales, como refieren los profesionales de la materia, son parte del esquema de la minería colonial, por tanto casi en extinción.
Estudios realizados en las zonas del occidente y el oriente boliviano, con el respaldo de tecnología satelital, dan cuenta de la existencia de importantes yacimientos minerales, faltando consiguientemente establecer las condiciones necesarias, técnicas y económicas para la habilitación de nuevas áreas mineras, tomando en cuenta que los grandes proyectos mineros necesitan tiempo para entrar en la importante fase de su explotación real.
Lo importante es comenzar y en el caso de nuestro país este paso parece el más complicado, pues la falta de una normativa adecuada mantiene en vilo a los empresarios y los trabajadores de proyectos en marcha, hay preocupación en la minería privada, las dudas también corroen las entrañas de la minería estatal y parece que viviendo de esperanzas los cooperativistas esperan tener medidas a su favor. Lo más grave empero, es que los inversionistas extranjeros y nacionales no tomarán decisiones hasta no conocer en detalle la Ley Minera que sigue en el congelador.
No hay que olvidar que ejemplos muy precisos se observan en los países vecinos, en los cuales se realiza grandes inversiones, precisamente de las que se necesitan para encarar proyectos que comiencen en la exploración, pasen por la producción y terminen en la industrialización, esas son las inversiones que debemos captar para darle la dinámica que necesita la rica y yaciente minería nacional.
Apoyo agencias – PM.
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