En el mes aniversario de Potosí el proyecto más importante de la siderurgia boliviana comienza a dar sus primeros pasos
• De momento está asegurada la provisión de concentrados de plomo y plata desde la mina San Cristóbal
Hasta que por fin Karachipampa se puso en funcionamiento
El ambicioso proyecto para transformar nuestra materia prima en lingotes fundidos con valor agregado para elevar su calidad y precio, nació en la década de los años 60 por iniciativa del presidente de entonces René Barrientos Ortuño, más adelante en otra década más se entregaron estudios sobre el proyecto y comenzó su instalación que concluyó en 1984 a cargo de la famosa empresa Klockner durante el periodo de Hernán Siles Suazo, pero tampoco funcionó. Más de 20 años en que se tuvo que hacer mantenimiento muy costoso de toda una infraestructura de "fierros ordenadamente colocados" pero sin uso práctico de ninguna especie.
Ha pasado el tiempo y el proyecto conocido como el "elefante blanco" de la gran minería nacional ha comenzado a moverse y alimentarse adecuadamente para fundir los concentrados de plomo y plata que proveerá la minera San Cristóbal en una cantidad de 11 mil toneladas de concentrados hasta fin de año, por un valor inicial de 33 millones de dólares. El Complejo Metalúrgico de Karachipampa (CMK) empieza a utilizar su millonaria infraestructura, lo hace pesadamente al principio, pero con la esperanza de que se ajustará su ritmo productivo en la manera que comience su producción de acuerdo al criterio del gerente general de ese complejo Jorge Collazos.
Los datos técnicos del proceso inicial señalan que el CMK requerirá 840 t de concentrados semanalmente con la proyección de utilizar su capacidad para procesar hasta 50 mil t de concentrados por año.
Según el ejecutivo (Collazos), de momento está vigente un convenio -se supone- temporal con la Empresa Minera San Cristóbal para la provisión de 11 mil toneladas, aspecto que no influye en absoluto en la producción global de la empresa que es de 180 mil t brutas de mineral y de 40 mil t de concentrados por día, por tanto está asegurado el suministro de materia prima para alimentar al "elefante blanco", aunque se deslizó un criterio del ejecutivo del CMK, en sentido de que para el año 2013 se revisará el convenio (con San Cristóbal) en función a los resultados obtenidos en el uso de la materia prima. Es posible que, si la expectativa no es la mejor, se recurra a otros proveedores como los cooperativistas o algunas minas dependientes de la Comibol.
Hay que tomar en cuenta que justamente el punto más débil en la proyección del proyecto de Karachipampa desde su implementación fue la adecuada provisión de suficiente materia prima, la que ahora se asegura y que debería ser cuidadosamente preservada para no entrar en los bajones productivos por falta de concentrados, como sucede de vez en cuando con el Complejo Vinto, cuando las imprevisiones omiten lo cierto y admiten lo dudoso.
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