Hace cuatro días asumió la presidencia ejecutiva de Jindal Steel Bolivia, en remplazo de Vikrant Gujral que funje como presidente del directorio, que se encargará de los negocios internacionales de la empresa. El indio Naveen Jindal le ha encargado que agilice la puesta en marcha del coloso siderúrgico de la frontera con Brasil y el boliviano Carlos Fernández Mazzi está decidido, eso sí, quiere poner su sello propio a la “implementación real del negocio”.
- ¿Cómo se produce su llegada a Jindal Steel Bolivia?
- La empresa realizó una elección a escala internacional y estando en Nueva York me contactaron a través de una agencia de reclutamiento en Estados Unidos y acepté el desafío. Fueron tres años de trabajo en la Fundación W. J. Clinton desarrollando proyectos en varios países de América Latina.
- ¿Cómo es que deja Estados Unidos para venir a trabajar en una región como Puerto Suárez donde de por sí es complicado?
- Sé que estaban buscando una persona con experiencia en minería y capaz de trabajar en un país con adversidades y desarrollar un proyecto que todavía tiene limitaciones de infraestructura. En el fondo se trata de una coincidencia de oportunidades y aquí estoy de regreso en Bolivia.
- ¿Qué conoce o con qué se ha encontrado a su llegada a la compañía?
- Esto es como una mesa de tres patas y una de ella es la Jindal como empresa, su capacidad técnico-financiera y corporativa; la otra pata es el proyecto en sí con todos sus desafíos de minería e infraestructura, y la tercera pata es el Estado y la relación de la empresa con el Gobierno.
- ¿En qué condiciones le han entregado la compañía?
- De entrada mi plan ha sido ir viendo las necesidades de cada pata y lo primero que hice fue ir a la India para evidenciar no solo la capacidad técnica, sino la definición de la empresa para seguir adelante con todos los desafíos.
- ¿Qué le ha encomendado el señor Naveen Jindal?
- Él me ha confirmado su intención de seguir llevando adelante el proyecto del Mutún avanzando una fase más de su desarrollo, pero lo más estimulante ha sido ver la capacidad técnica, la solidez y el músculo que tiene la empresa en el mercado del hierro. Es sin duda una ventaja competitiva contar con el respaldo de la gran compañía con sede en la India.
- ¿En qué cuestiones precisas va a ayudar la Jindal desde la India para desarrollar el proyecto de Mutún?
- La experiencia y capacidad técnica muy avanzada son vitales. Además de la condición humana, la capacidad de diseño y la habilidad para negociar con los proveedores y compradores. Esto es muy importante para sacar adelante el desafío de Mutún. Hay que hacer un cronograma de implementación del proyecto lo más rápido posible.
- En este cometido de apurar la implementación ¿Qué hará para conseguir la misma celeridad en la parte que compete al Gobierno?
- Hay una serie de aspectos que debemos ver con el Estado, como el aprovisionamiento de gas por ejemplo, además de las soluciones que se deben coordinar en el puerto de la zona fronteriza con el camino y la red ferroviaria. Es como salchicha que hay que comer por pedazos.
- ¿La Jindal tiene el dinero necesario para agilizar la producción y exportar? Pregunto esto por los problemas que tuvieron con las boletas de garantía por ejemplo...
- No quisiera entrar en los detalles del pasado porque no los conozco, pero creo que lo más importante es mirar adelante. No estuve en Bolivia pero sé que hubo mucha adversidad, pero también hay cosas tangibles, como la entrega del terreno que se hizo en octubre del año pasado y que retrasó la ejecución del proyecto. Este no es un proyecto para alzar el teléfono y que funcione, se necesita mucha ingeniería, un programa de implementación real.
- Pero, los cuestionamientos han sido muchos...
- Lo sé y los entiendo. Se puede cuestionar todo, desde la capacidad financiera de la empresa, pero definitivamente vamos a avanzar porque el grupo Jindal tiene ingresos por más de $us 13.000 millones en la India y estamos totalmente respaldados para Mutún. Pero no hay que olvidar que San Cristóbal tuvo más adversidades e incluso se especuló que no había dinero, pero finalmente salió adelante.
- ¿Cuánto hierro han exportado hasta el momento y qué mercados piensan abarcar?
- No se ha hecho ninguna exportación percé, lo que pasa es que se está acumulando el material para luego pensar en vender. Se ha iniciado el proceso de exportación llevando 30 camiones diarios desde la mina hasta el puerto y estamos acopiando mientras negociamos con el transporte y firmamos los contratos de compra. En cuanto a mercados, China es un comprador grande y Brasil es una opción atractiva.
- ¿Qué va a cambiar de aquí en adelante en Mutún?
- Mi objetivo es desarrollar el proyecto lo antes posible, pero queremos llegar a 2014 ejecutando todo lo que se ha planificado. Compartiré mi tiempo y trabajo en Puerto Suárez, en La Paz y Santa Cruz. Lo importante es que avancemos dando certidumbre porque el éxito del desarrollo del Mutún es irreversible.
Perfil
Experiencia en minería
Carlos Fernández Mazzi es cochabambino, pero buena parte de su vida la pasó en La Paz. Se formó en Ingeniería de Sistemas y fue parte del equipo que dio vida al proyecto minero de San Cristóbal, en Potosí. Viene de trabajar tres años en Nueva York, desarrollando proyectos para América Latina de la Fundación W. J. Clinton.
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