Sólo dos mil mineros cooperativistas del total de 15.000 trabajadores del subsuelo en el cerro Rico de Potosí cuentan con seguro en la Caja Nacional de Salud (CNS), el resto no aporta ni para la jubilación porque prefiere ganar más y evitar descuentos.
El jefe regional en Potosí de CNS, Ricardo Miranda, dijo que “en el caso de los cooperativistas mencionan que tienen más de 15 mil afiliados, pero contando aquí (en la oficina) los afiliados simplemente llegan cerca de dos mil. Pero existe buenos ingresos por parte de los cooperativistas”.
El presidente de la cooperativa “Unificada Ltda”, Carlos Coro, representante de aproximadamente 25 cooperativas que trabajan en el cerro aseguró que tienen entre 3 a 4 mil socios y “más los trabajadores estamos por los cuatro mil quinientos”, afirmó.
Consultado, si todos los socios y trabajadores cuentan con seguro de salud, Coro respondió que “sí, porque la nueva Ley de Pensiones nos exige (asegurar) y estamos cumpliendo. Ustedes saben que tiene penalidades el incumplimiento”, apuntó.
Dicha afirmación es incongruente con los datos de la CNS que cuenta con al menos dos mil afiliados, pero sólo la cooperativa “Unificada Ltda” cuenta con cuatro mil personas.
FEDECOMIN DESLINDA RESPONSABILIDAD
El presidente de le Federación de Cooperativas Mineras (Fedecomin), Julio Quiñones, asiente que no todos los socios y trabajadores tienen seguro de salud a pesar de que “nosotros exigimos a todos nuestros compañeros que se aseguren a la Caja, pero por ganar más y no hacerse descontar para los aportes a corto y largo plazo no quieren asegurarse que ya no es nuestro problema si no del trabajador”, deslindó.
Sin embargo, la Federación aún exige a los trabajadores asegurarse a la Caja “así trabajen un solo día” en las cooperativistas donde no hay empresarios ni capataces porque son autogestionarias que invierten sus recursos en los parajes que les concesiona el Estado.
SOCIO Y PATRÓN
El jefe regional del Ministerio de Trabajo en Potosí, José Luis Barrios, indicó que se perdió los principios del cooperativismo porque “un socio se convierte en patrón. Tiene lo que vulgarmente llamamos sus peones que le otorgan el nombre (calificativo) de segunda mano. Discriminación que hay dentro del sistema cooperativista que deja mucho que desear el andamiaje porque al final es como si estuviéramos hablando con empresarios privados”, explicó.
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