La apreciación es correcta, cuando se observa la información contenida en la Memoria Anual del año 2010 que corresponde al Ministerio de Minería y Metalurgia (MMM), señalando concretamente que el Estado boliviano en la gestión del 2009 registró un ingreso de 22 millones de dólares, mientras que en la gestión del pasado año 2010 ese ingreso alcanzó los 180 millones de dólares, lo que significó percibir 158 millones más de dólares.
Indudablemente hay una razón justificada para ese hecho y es que el precio internacional de los minerales permitió mejores posibilidades de negociación en precios con los compradores externos, lo que redundó en directo provecho de las arcas del Estado, pero además porcentualmente se beneficiaron también los departamentos donde se ejecutan proyectos mineros y los municipios respectivos, es decir que la minería redistribuye sus utilidades para fines de beneficio comunitario.
Actualmente está en vigencia la aplicación de una alícuota sumada al valor del Impuesto a las utilidades de la Empresas (IUE) y consistente en 12.5 por ciento que "grava las utilidades adicionales originadas por las condiciones favorables en las cotizaciones internacionales de minerales y metales. Está determinado que ese tributo extra por condiciones excepcionales de buenos precios se suma al 25 % impositivo que pagan todas las empresas mineras durante cada una de las gestiones productivas del sector. El impuesto señalado se aplica también a las empresas que producen metales o minerales no metálicos con valor agregado, sólo los cooperativistas mineros están exentos de pagar el impuesto adicional.
Según el Ministro de Minería José Pimentel, se cumple una regular tributación por parte de las empresas mineras que cancelan el 37 por ciento del Impuesto a las Utilidades de cada centro minero, lo que en la gestión pasada (2010) permitió recuperar dos cifras significativas, la primera de 180 millones por ingresos al Estado y la otra de 120 millones de dólares por concepto de las regalías mineras, una sumatoria de 300 millones generados por la minería, contra algo más de 22 millones de dólares que se lograron en la gestión 2009.
Un hecho que sobresale y se suma a las opciones financieras favorables al Gobierno central, es que el "boom de la minería" tuvo su efecto en las altas cotizaciones de minerales como el zinc, la plata, estaño, cobre, oro y plomo que con algunos vaivenes alcanzaron precios excepcionalmente buenos para marcar récords históricos en las pizarras internacionales de cotizaciones a lo que se suma todavía en el tiempo presente, la demanda de minerales desde países industriales como el Japón, Corea del Sur, la China, Bélgica, Suiza, Estados Unidos entre otros y algunos latinoamericanos como el Perú, Brasil y Venezuela. El mercado de minerales es amplio y se espera que en esa dimensión de reconocimiento a la producción minera, se puedan establecer las condiciones más favorables para incrementar mayores inversiones y mejores posibilidades de incrementar los proyectos mineros del país, pero con un pleno respaldo que esté consignado en las reglas de juego que todavía se analizan para su aprobación en la Asamblea Legislativa.
Algo que es necesario remarcar, es el criterio de los empresarios mineros, chicos y medianos, frente a ciertas preferencias otorgadas al sector de las cooperativas mineras, que tienen un interesante respaldo financiero que otorga directamente el Gobierno, situación que no se repite con los otros subsectores, especialmente el denominado "chico" que insistentemente pugna por la reposición del que fuera Banco Minero de Bolivia, y que permita diversificar créditos para los industriales mineros del país, especialmente los que no están bajo el amparo gubernamental. (Apoyo agencias – Agencia URU)
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