De un tiempo al presente se carece de informes concretos sobre el manejo de las regalías mineras en el Departamento, ratificándose simplemente que las mismas son la base y sustento del presupuesto exclusivamente regional, por tanto de vital importancia para exigir que su manejo sea transparente y que sirva a los fines de promover desarrollo regional.
Lo que preocupa es que en los niveles oficiales se habla de un presupuesto casi siempre deficitario, inclusive disminuido, de gestión en gestión debido a que existe un crecimiento lógico de necesidades departamentales y un sostenimiento casi invariable de la cuenta de ingresos, por diferentes conceptos, desde la asignación porcentual gubernamental que no cubre las necesidades más premiosas y que puede diluirse en programas que favorecen las promociones sectarias o partidarias, pero no las estrictamente estimadas y reclamadas por las comunidades.
De ahí que cuando se habla del tratamiento del estatuto autonómico lo principal que debe plantearse para sostener la economía departamental con carácter de independencia plena y decisión colectiva es el buen uso de los ingresos y en este rubro el de las regalías mineras, que resultarán la fuente proveedora de recursos en tanto se agoten los recursos naturales no renovables que además deben generar alternativas seguras para la diversificación de la producción, priorizando elementales factores como la agricultura, la ganadería, el turismo y la artesanía.
Lo que establecen los expertos es que, ahora y mientras se pueda, hay que aprovechar sistemática y adecuadamente los beneficios que nos reporta la minería y cuyas regalías deben servir primero para fortalecer la propia minería empezando por impulsar planes de exploración y luego apoyando los proyectos que por su rendimiento sigan generando más impuestos y regalías.
Un reciente dato de la Secretaría de Minería de la Gobernación señala que en el primer trimestre de la presente gestión las regalías mineras sumaron más de 42 millones y medio de bolivianos, resultado de las buenas cotizaciones de minerales en los mercados internacionales. Hay que señalar empero que no aumentaron sustancialmente los índices de producción, sólo subió la recuperación por exportaciones a buenos precios.
Este proceso nos hace ver que hay necesidad de seguir manteniendo la minería como principal sector proveedor de regalías, aunque al margen de los excelentes precios hay necesidad de asegurar nuevos yacimientos mineros de manera que las actividades del sector puedan crecer y sigan siendo una garantía para el sostenimiento de la economía regional.
Por esas circunstancias elementales es imperioso exigir a las autoridades un estricto control sobre las regalías mineras, su generación, su cobro, su distribución y el buen uso de las mismas en planes de desarrollo y ya no más en programas de aliento político.
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